No había pasado ni una hora de sorteo y en Manises ya habían colocado dos carteles anunciando el reparto de dos premios. Y no se quedaría ahí la cosa. La fachada de la administración número 3 de la localidad de l’Horta terminó la mañana presumiendo de hasta cinco pancartas con cinco números diferentes. El 92052, el 26711, el 89109, el 70316 y el 42822 decoraron los exteriores del local en el que brindaban por repartir casi un millón de euros.

La administración nº 3 de Manises descorcha una botella de champán tras vender cinco premios. M.A.MONTESINOS

Si hay pueblos conocidos por su gastronomía, sus fiestas, sus paisajes y hasta los hay que son famosos por los éxitos de sus equipos deportivos, Manises lo es por su suerte, un idilio que prolonga un año más. Y lo hizo desde bien temprano. A las 9 y media ya habían descorchado el champán con el 92052, un quinto premio que repartió cerca de 60.000 euros en 10 décimos (una serie), todos vendidos por ventanilla.

«Es una buena forma de empezar», aseguraba Francisco Sanchis, uno de los tres hermanos que regentan el establecimiento. Y cuando todavía no se habían evaporado las burbujas de la bebida de celebración por excelencia, las miradas se posaron de nuevo sobre la televisión. La agudización del tono en el matinal cante de los niños de San Ildefonso alertó de la llegada de una nueva caricia de la suerte en forma de miles de euros.

La alegría tras los mostradores confirmaba los deseos: otro premio, otro quinto y otra vez en Manises. El 70316 repitió el patrón del anterior: reparto de 60.000 euros, 6.000 por cada décimo, vendidos en su mayor parte por ventanilla aunque también los hubo, según indicaron, a través de la web que permite pellizcar la fortuna desde la distancia.

Para los loteros suponía la reivindicación de Manises «como el pueblo más afortunado». «Seguimos en racha», decía Amparo Sanchis, la segunda de los hermanos a quien las dos botellas agitadas le sabían a poco: «Todavía no se ha terminado la mañana y queremos dar el Gordo». El 86146 aún no se había adjudicado al premio más deseado y por pedirle al bombo no faltaba.

Tercer premio en hora y media

Veinte minutos después, al borde de las 11 de la mañana, se volvió a reproducir la escena: aviso agudo infantil de la aparición de uno de los premios importantes, revisión tras los mostradores y gritos de celebración como si de un gol en el último minuto se tratara. Esta vez el 42833 significaba un cuarto premio del que la administración había vendido tres series, unos 30 décimos, que a 20.000 euros de canje cada uno implica una inyección de 600.000 euros para quienes se acercaron al establecimiento e hicieron cola con la confianza de que la suerte vuelve allá donde fue feliz.

Tal era la confianza de que no habría tres sin cuatro —por mucho que el refrán no sea así— que no hubo ni champán ni pose con el trío de cifras ganadoras puesto que todavía faltaban carteles que lucir. Y así ocurrió. Otro quinto premio, el 26711, con otros 60.000 euros que repartir entre una serie de 10 décimos. Todos ellos por ventanilla y sin que los afortunados acudieran a las puertas del local a presumir de elección numérica.

Más abrazos, saltos y fotografías. «Es una locura, de verdad», decía Rafa Sanchis, el tercero de los hermanos pegado prácticamente toda la mañana al teléfono entre felicitaciones y entrevistas. En momentos, no sabían ni cuánto habían repartido, simplemente contaban los premios mayores y ya les ocupaba casi los dedos de una mano.

Y cuando el sorteo ya agotaba las posibilidades de recompensas, cuando solamente quedaba un quinto premio por repartir, de nuevo la administración 3 de Manises celebraba un nuevo guiño de la fortuna. El 89.109 cerraba el círculo y lo que empezó repartiendo 60.000 euros por un quinto premio al poco de empezar finalizaba con otros 60.000 euros repartidos en la última oportunidad de galardón. Las cinco dosis de suerte de 2021 igualan las recibidas en 2020 para dar 850.000 euros. Manises continúa bailando con la suerte.