La primera patente o denominación de origen que se creó en Alaquàs, en función de la documentación hallada hasta la época, se sitúa en el siglo XV y, en concreto, en 1474. El colectivo ‘oller’ de la población tuvo que pedir a la familia Aguilar el permiso para utilizar su sello (un águila ladeada) en la fabricación artesanal de ‘perols’ y ‘cassoles’ de barro, para defenderse de la competencia de otras ciudades como Manises o Paterna, tal y como hace días publicaba en Levante-EMV el investigador local Adrià Hernández.

Casi 550 años después, entidades de la población trabajan para recuperar esta marca en la artesanía, en colaboración con la única alfarería que pervive, la de Enric Martí. La asociación gastronómica el Cullerot, que preside Javier Atencia, lidera el proyecto y se ha estado asesorando, en los últimos meses, con representantes de Quaderns d’Investigació d’Alaquàs (a la que pertenece Hernández) para volver a crear el sello de la manera más fidedigna.

Fragmento de una olla con la marca de la familia Aguilar. L-EMV

La documentación hallada por Adrià Hernández refleja que fue el mícer Jaume Garcia d’Aguilar el que concedió el privilegio al colectivo ‘oller’ para usar el águila en sus piezas de barro y así tener la prueba de que eran de Alaquàs cuando se vendían en los mercados de València y otros puntos de la Corona de Aragón. Todo indica que hubieron de recurrir a esta petición porque se estaban comercializando ollas supuestamente de Alaquàs cuando habían sido fabricadas en otros puntos y tenían menor calidad, lo que suponía una competencia desleal.

"No solo estamos recuperando un elemento patrimonial sino que estamos recuperando y fomentando nuestra artesanía más representativa junto a la cocina tradicional"

Estos documentos corroboran alguno de los hallazgos que en las excavaciones arqueológicas de 2006 y 2007, dirigidas por Paloma Berrocal y Víctor Algarra, se localizaron en el subsuelo del Castell: dos fragmentos de piezas de barro con la marca del águila. También aparecieron decenas de piezas cerámicas de gran riqueza, cuya musealización está pendiente, y cuya fabricación ha quedado asimismo demostraba en las investigaciones de Hernández.

Algunos de los hallazgos encontrados en las excavaciones del Castell de Alaquàs. L-EMV

A raíz de conocer el trabajo del investigador, el Cullerot pidió a Adrià Hernández (que fue ceramista) que reprodujera el dibujo de la marca y, a partir de él, se han hecho diversos sellos. En este momento se están realizando varias pruebas en cazuelas de culo redondo y plano en la alfarería de Martí para ver la mejor forma de plasmar el sello. Todo el proceso cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Alaquàs.

Dos de los sellos que se estám utilizando en las pruebas. L-EMV

“Estamos muy ilusionados con este proyecto. No solo estamos recuperando un elemento patrimonial sino que estamos recuperando y fomentando nuestra artesanía más representativa junto a la cocina tradicional y saludable como nuestros arroces melosos, guisados o los arroces al horno”, explica el presidente del Cullerot, Javier Atencia.

Una de las primeras pruebas que se han realizado. L-EMV

Por su parte, Hernández considera que tanto el trabajo arqueológico que se realizó como sus estudios sobre el tema “son una oportunidad para recuperar un patrimonio que nos singulariza como pueblo”. "Una denominación de origen del siglo XV, no es cualquier cosa", concluye.