Ruidos, música alta, coches aparcados en doble fila e incluso menudeo de venta de droga, vinculadas a la actividad de hostelería. Estas son las quejas que representantes de quince comunidades vecinales de la calle Padre Méndez de Torrent han puesto por escrito en un documento, que han firmado y tramitado ante el ayuntamiento, para reclamar una solución. Aunque las denuncias vienen de hace meses, sus promotores aseguran que el consistorio no ha actuado de forma efectiva en los locales de hostelería.

Según el documento, el ruido «tanto en horario diurno como en nocturno» es uno de los principales problemas, aunque no proviene de los locales directamente sino de la clientela. «En algunos casos, los clientes han llegado a acercar un vehículo al costado de su mesa y poner música o conectar un altavoz portátil a un dispositivo móvil», asegura el vecindario en la queja, lo que ha provocado, siempre según su versión, «cuadros de ansiedad ante este ruido constante, que es insostenible». También se refieren en el escrito al «comportamiento incívico» de la clientela, ya que sus portales amanecen con latas y basura, o hay «aglomeración de personas en patios y aceras en estado de embriaguez».

Otro de los problemas que aluden es el de la movilidad. El grupo de residentes que queja de que existe una gran cantidad de coches aparcados en doble fila mientras sus propietarios están en los bares, lo que dificulta la circulación y la salida de otros vehículos. Y en la accesibilidad, protestan porque, en días de lluvia, las terrazas «no cumplen la distancia de 1,5 metros a la fachada. También se refieren al consumo de estupefacientes en algunas las terrazas de los bares e incluso manifiestan «serias sospechas de la venta de este tipo de sustancias» en el escrito.

Coche aparcado en doble fila junto a un bar en la calle Padre Méndez de Torrent. L-EMV

Por todo ello, piden al consistorio que adopte medidas como la limitación de horarios o la suspensión de la actividad, en base a las ordenanzas municipales, o que obligue a poner veladores en las terrazas de los bares y cafeterías de un tramo concreto de la calle Padre Méndez.

Una solución "difícil"

Por su parte, el concejal de Movilidad, Raúl Claramonte, indica que el consistorio lleva meses en contacto con el vecindario y tratando de poner medidas «pero el tema no es fácil». El edil indica que, a causa de la pandemia, se duplicaron las terrazas de los bares para ayudar a tener una hostelería segura respecto al virus «y ahora, poco a poco, hay que volver a la situación anterior aunque también la hostelería pide que se mantengan porque parte de la clientela aún es reticente a entrar dentro y hay que entender los derechos de todos». El concejal indica que ha aumentado el patrullaje de la Policía Local para evitar los coches en doble fila, e incluso la unidad canina ha participado allí e diversas inspecciones para detectar posibles drogas. 

Asimismo, Claramonte aclara que todos los locales de la calle «tienen sus licencias y autorizadas las terrazas y que, en general, «cumplen los horarios, y cuando no es así, los vecinos llaman, los agentes acuden y se desmonta". Sobre la limitación indica también que «no se puede legislar por problemas en una zona concreta e imponer nuevos horarios o normas al resto de la ciudad, donde no hay quejas».

Mediar para conciliar

En esta línea, el presidente del Gremio de Hostelería de Torrent, Marco Onjevic, indica que en la ciudad «existe un plan estratégico para desplazar los locales de ocio a puntos más alejados y no se conceden nuevas licencias». Y sobre los bares de Padre Méndez, el dirigente indica que «a diferencia de València, en Torrent no existe una zona realmente saturada que suponga un problema, por lo que probablemente estemos ante quejas por situaciones puntuales que pueden resolverse».

Onjevic recuerda que la hostelería «genera economía, da puestos de trabajo y presta un servicio» y está convencido de que «en este tema es posible conciliar los intereses de todos» para lo que se ofrece a mediar.