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Un coro de voces para ahuyentar la soledad

Siete mujeres mayores participan en este proyecto de Paiporta para hacer frente al aislamiento y promover el envejecimiento activo

Un coro de voces para ahuyentar la soledad

La soledad puede no ser un sentimiento continuo, ni estar ligado a la falta de familia. En el caso de las personas mayores, sobre todo las mujeres. La mayoría han vivido siempre en una casa numerosa a la que se han dedicado, pero llega un momento que los miembros crecen y ellas envejecen. De manera que, una vez han hecho sus rutinas por la mañana, «llega la tarde y se hace muy larga», expresa la musicoterapeuta que imparte el taller y directora de «Veus de la memòria», Soledad Corachán.

Por ello, nace el coro impulsado por la Mesa frente a la soledad de Paiporta. Una actividad, dirigida a las personas mayores, que se desarrolla en la Unión Musical del municipio todos los jueves de 11 a 12, con un objetivo final muy diferente al de cantar. «La música se les presenta como una excusa para poder trabajar con ellas otros aspectos más físicos, emocionales y cognitivos», explica la musicoterapeuta.

Por ello, Corachán incluye coreografías rítmicas y letras que se alejan de su «zona de confort» como , por ejemplo canciones africanas, para «obligarlas a trabajar la memoria, coordinación y lateralidad y poder evitar así, enfermedades degenerativas». Asimismo, para el lado emocional, la técnica resalta cada uno de sus talentos, para que «se sientan capaces y subirles la autoestima».

Paqui Bodí, Milagros Pérez, Rosa Mari Ortega, Teresa Tarazona, Loli Ramírez, Lola Bosch y María José Morcillo, mujeres de entre 70 y 85 años, son las corales de esta nueva actividad del Ayuntamiento de Paiporta. Algunas de ellas, como Milagros Pérez y Teresa Tarazona se conocen de siempre, ya que han sido incluso compañeras de colegio o, como dicen ellas «de vida». Son personas activas que «se apuntan a un bombardeo», y lo mismo ha sucedido con este proyecto. Simplemente, «para ocupar su mente», cuentan.

Un coro de voces para ahuyentar la soledad

Ellas han centrado su vida en sus familias y casas y lo siguen haciendo. Por lo tanto, «ya es hora de que se dediquen tiempo a ellas, después de haber ofrecido todo siempre a los demás», continúa la directora del coro. Es por esto, que en un ambiente íntimo y personal se les anima a olvidarse de sus preocupaciones y pensar en ellas en esa hora: «que dejen su vida en casa en la puerta antes de entrar».

Porque, a pesar de que la soledad no tiene por qué estar presente siempre, puede aparecer durante algunas horas. Así, Milagros Pérez, que es viuda desde hace quince años, afirma que «no se siente sola gracias al coro». Por su parte, Rosa Mari Ortega explica que, «a veces vivir con alguien no implica no sentirse sola».

Pausar su movimiento

Loli Ramírez, de 75 años, es andaluza y llegó a Paiporta tras la pandemia, para estar cerca de su hija que está casada con un valenciano. Se apuntó al coro para conocer a personas de su edad ya que en el municipio no tenía conexiones.

No obstante, la realidad es que la situación sanitarias actual, les ha pasado factura a las personas mayores. Físicamente se sienten «frustradas» porque ven que muchas de sus capacidades han mermado. Después de haber estado toda la vida trabajando sin descanso, haber parado su cuerpo tanto tiempo es una de las razones por las que ahora «sienten que no son capaces de llevar encima tanta carga como antes, lo que acentúa el sentimiento de soledad», declara Corachán.

Por ello, «al final el coro solo es una excusa». Así, conforme van cogiendo confianza, Corachán apunta las necesidades de cada una de ellas y las convierte en sus objetivos para los ensayos.

Las siete asistentes de entre 70 y 85 años, cantan y bailan dirigidas por la musicoterapeuta, Soledad Corachán.

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