La Pobla de Farnals es otro de los municipios que tiene cerrada su piscina municipal por quiebra de la gestora, cuyo fin de contrato también acabó en el juzgado. La instalación está cerrada desde marzo de 2020 después de que la empresa gestora se declarará en proceso concursal y no pudiera terminar el contrato vigente hasta 2022.  Fue en abril de 2018, cuando el pleno acordó desestimar la solicitud de resolución del contrato de explotación de la piscina municipal. Contra dicha resolución la empresa decidió interponer un recurso contencioso administrativo en el Juzgado nº1 de València, que sin embargo se ha resulto a favor del consistorio.

El consistorio desde entonces está trabajando para poder reabrir la piscina. Así, ha sacado a licitación dos lotes de obras, la primera ya realizada, mientras que la segunda se ha quedado desierta y deben volver a convocarla. Para ejecutarlas, se ha contado con la subvención económica del Plan de Inversiones de la Diputación de València, además de fondos propios.

También, el último pleno acordó contratar un estudio de viabilidad, que refleje la valoración económica, el balance de ingresos y gastos que pueda suponer la explotación de la piscina, con una actualización de precio, el estudio de las piscinas de alrededor, y simultáneamente trabajar para poder sacar el pliego de explotación con la intención y el deseo de poder abrir la piscina cubierta en el último trimestre del año.

“El estudio de viabilidad demuestra nuestra intención de querer dar este servicio público cuando hay muchas otras piscinas de la comarca que están cerrando al ser infraestructuras deficitarias”, admite el alcalde de La Pobla, Enric Palanca.