Los votos de un grupo mayoritario de socios de número del Burjassot CF, en asamblea general extraordinaria celebrada el pasado viernes por la tarde, determinaron la destitución del presidente de la entidad, Juan José Huesca, y de su junta directiva. De las 22 personas con derechos y obligaciones en el Club Decano que concurrieron a la sesión, 17 votaron a favor de llevar a cabo la moción de censura al ya exmandatario y 5 lo hicieron en contra. Fue el primer punto del orden del día de una asamblea que, tras meses de litigios, pudo tener lugar con el aval de una orden judicial.

En el segundo punto del orden del día se confirmó el cese de Juan José Huesca, que tomó las riendas de la sociedad deportiva en 2014, y de su junta directiva.

Como tercer y último asunto de la sesión, se nombró y se constituyó una comisión gestora que se encargará de “organizar la celebración de elecciones a presidente y miembros de la junta directiva”. Tres personas la conforman de acuerdo con la decisión tomada por los 17 socios numerarios que respaldaron la moción de censura. Françoise Toukam presidirá la comisión con el apoyo de José Enrique Sachis como secretario y José María Ferrandis como vocal.

Finalmente, el expresidente Juan José Huesca procedió al acto de entrega de las llaves del Burjassot CF a François Toukam, quien de forma provisional, hasta la convocatoria de elecciones a presidencia, se encuentra al frente del club. En su despedida, Huesca manifestó que “hemos llegado hasta este punto, lo que se ha hecho es por el bien del Burjassot; gracias por estos ocho años”.

La moción de censura vino motivada principalmente por las “dudas generadas por la gestión económica” de Huesca y su equipo directivo. Actualmente, el Club Decano acumula “una deuda de unos dos millones de euros”. Se trata de la misma cantidad que el Burjassot CF ya debía cuando Huesca asumió la presidencia en marzo de 2014, según informaron los medios de comunicación en aquel momento.

Vigilancia policial durante la asamblea

La asamblea general extraordinaria, convocada inicialmente a las 18 horas “atendiendo a la resolución del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Paterna”, arrancó algo más tarde de lo previsto. A pesar de la puntualidad de los asistentes a la cita, a poca gente la sorprendió el retraso. Según fuentes del grupo de socios numerarios que convocó la reunión, “la magistrada que estimó la solicitud para celebrar la asamblea contactó, tras dictar sentencia, con la Policía Nacional para prevenir posibles incidentes que reventasen el acto”.

Hubo un conato de boicot. Cuando el presidente de la asamblea inició la sesión a la hora convenida, un pequeño grupo de personas, presuntamente partidarias del mandatario ya destituido, no dejaba de interrumpir con comentarios y poner trabas al desarrollo normal del acto. El presidente de la asamblea los invitó a abandonar la sala si no se comportaban con el debido respeto. No hubo manera de cambiar la situación y se avisó a la Policía Nacional.

Inmediatamente se personaron seis agentes. “Cualquier intento de boicotear la asamblea constituye delito”, dijo un de ellos con la orden judicial de la asamblea en mano. La policía desalojó a las personas no autorizadas. Solo quedaron el personal al cuidado de la cafetería de la sala, los socios de número del club y, vigilantes, los agentes. No permitieron grabar el acto.