Apenas 150 metros separan Tavernes Blanques de Alboraia por la CV3112. Son muchos los vecinos que diariamente hacían este recorrido a pie por los bordes de la carretera al no estar urbanizado. Una de ellas era Maribel y su marido José Antonio, que viven en Tavernes pero llevaban a su nieta a la piscina de Alboraia. Maribel tiene polio y va en silla de ruedas desde pequeña, por eso celebraron cuando en enero construyeron en uno de los laterales una acera nueva. La construcción la realizó la Diputación de València, a cargo del Ayuntamiento de València, al que pertenece este tramo de carretera. El problema llegó cuando comprobaron que no se habían rebajado los bordillos cumpliendo la normativa de accesibilidad vigente y por lo tanto no podía ser utilizada por gente con movilidad reducida. La única opción de Maribel sigue siendo ir por el otro lateral aún sin urbanizar, con su silla de ruedas, por un estrechísimo arcén, pegado a la carretera, junto a los coches, en una carretera con un flujo circulatorio constante. “Me juego la vida, sobre todo los días que hay partido y aparcan coches en el arcén porque ya no caben en el aparcamiento de al lado del campo de fútbol y me obstaculizan el paso sin más remedio que salir a la carretera”, relata acompañada de su marido. La situación es tan inverosímil, que Maribel sí puede subir a la acera en el tramo que ya pertenece a Alboraia, porque ahí sí han hecho los rebajes de la acera con la normativa correspondiente, pero en cambio, una vez en la acera, no puede llegar hasta Tavernes, porque no puede bajar.

Los días que hay partido y aparcan coches en el arcén, porque ya no caben en el aparcamiento de al lado del campo de fútbol, me obstaculizan el paso sin más remedio que salir a la carretera”

Precisamente José Antonio explica que “cuando vimos que se estaba haciendo la obra comprobamos que las acera no se estaba rebajando como tocaba, sino que seguían dejando un pequeño bordillo que no puede ser superado por las sillas de ruedas motorizadas como la de mi mujer, no nos lo podíamos creer y avisamos al Ayuntamiento de Tavernes" , pero este organismo, no tiene competencia para actuar, ya que este tramo pertenece a término municipal de València y la obra fue realizada por Diputació. Aún así, el concejal de la Brigada de Obras y Servicios, Benito Villena, se acercó hasta la zona y comprobó que los rebajes se estaban haciendo en base a la normativa urbanística pasada, donde se mantiene un pequeño bordillo, y no a la actual, con una rampa en color rojo que llega a cota cero, al mismo nivel que el asfalto, y aunque, según relató el mismo edil en el pleno, se le informó al jefe de obra, “éste aseguró que en el proyecto no se contemplaba así y no tenía ninguna orden de que había que modificarlo”.

Maribel no puede cruzar con su silla de ruedas al otro lado de la calle. P.O.

Fue entonces cuando Maribel y su marido presentaron una queja ante el Ayuntamiento de Valencia a principios de febrero, en el buzón de sugerencias y la trasladaron al Servicio de Coordinación Obras Vía Pública y Mantenimiento de Infraestructuras, informándole que “ya ha sido vista la deficiencia, y que la misma será reparada a la mayor brevedad posible” .

Sin embargo, eso fue en febrero y la reparación aún no se ha realizado. Ante esta pasividad, estos vecinos acudieron de nuevo al pleno de Tavernes Blanques, y allí, la alcaldesa María del Carmen Marco se comprometió a enviar un requerimiento a la Diputación de València, como encargada de la obra, para que subsanara esta deficiencia. Desde el consistorio han informado a Levante-EMV que la institución provincial contestó que esos rebajes “no estaban previstos en su actuación y que es responsabilidad del Ayuntamiento de València subsanar este problema ahora”.

“Está pasado a la contrata”

El Ayuntamiento de Valencia es por tanto el único organismo que tiene la capacidad para permitir que Maribel puede ir por la acera con su silla de ruedas desde TAvernes a Alboraia. Consultado por este diario, desde el consistorio de la capital del Túria han confirmado que conocen el problema y que “está pasado a la contrata para hacer dos rebajes”, por lo que parece indicar que en breve podría solucionarse y Maribel por fin podría ir por la acera sin jugarse la vida, para ir tanto a Alboraia como a un supermercado cercano, al que tampoco puede acceder.