Un mes después de que un joven falleciera arrollado por un tren de Cercanías en el paso a nivel de Alfafar, ese mismo punto ferroviario mortal fue escenario este jueves de una concentración ciudadana para reclamar una solución definitiva a un punto negro después de cuarenta años de muertes, promesas incumplidas y propuestas fallidas. Durante el acto se instaló un punto de recogida de firmas para reclamar el soterramiento.  

Durante la concentración, el alcalde Juan Ramón Adsuara reveló que este jueves por la mañana mantuvo, junto con Sedaví y Benetússer, una reunión con técnicos de Adif, justo después del acto donde Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento firmaron el convenio para iniciar el soterramiento del ferrocarril en València. «Sobre la mesa nos proponen soterrar la carretera y las aceras. Y eso no lo vamos a tolerar. Se soterra todo el tren y no solo el paso a nivel», reveló Adsuara, ante el aplauso de los asistentes. 

El mandatario aseguró que «no es cuestión de colores sino que Adif se siente con la ministra y le ofrezca una solución para Alfafar. La ministra se comprometió a ello y de momento no la tenemos. Seguiremos reclamando al ministerio, sea del color político que sea. Primero es Alfafar y luego la ideología y los partidos. No paremos de hacer ruido hasta que nos den una solución como en otros lugares. No somos ciudadanos de segunda, somos de primera», gritó. 

Recogida de firmas para pedir el soterramiento de la línea B.M.

En este sentido, Noelia García, concejala del PSOE, explicó que se concentraban «porque no es normal que en pleno siglo XXI sigamos así. Si hubiésemos luchado con más fuerza a lo mejor ahora con el soterramiento de las vías del ave, lo podríamos haber conseguido también. Las vías dividen nuestro pueblo en dos y lo más peligroso es que lo cruzan muchas personas todos los días, hasta niños que van al colegio. Somos el único pueblo que contamos con las vías exteriores y un paso a nivel tan peligroso».

Entre los asistentes a la concentración estaba Susi, de 67 años. «Llevo viviendo aquí toda mi vida. Antes cuando iba a trabajar intentaba cruzar por otra parte, para evitar las barreras, porque tardan mucho. La gente parece que se olvida del problema y pasa sin miedo. Es raro cuando te encuentras la barrera subido y es una irresponsabilidad pasar, pero he de confesar, que como todos, cuando era joven lo hacía», explicaba.

«Esto es tercermundista»

Otra vecina relataba que su hijo iba al otro lado de las vías al colegio, «a 5 minutos de casa y a veces llegábamos tarde por esperar. Al final los que se conocen la zona optan por otras vías, pero el problemas es que con el estrés, los móviles, la música la gente pasa sin mirar y le da igual. Incluso gente mayo con bastones que se pueden tropezar. Yo vivo en frente desde hace más de 20 años y he visto centenares de muertes». Por su parte, una pareja que asistía a la protesta calificaba el paso a nivel de «tercermundista, por el ruido, por lo que hay que esperar y, sobre todo por las muertes. Hay menos gente de la que debería haber aquí hoy», lamentaron.