El miedo a las ratas se ha convertido en protagonista en la calle Verge de la Pau de Torrent, después de que estos roedores entrasen en diferentes locales y viviendas. Los vecinos apuntan como causante al estado insalubre de la vía y aseguran que la “situación es insostenible. No podemos abrir las ventanas por el mal olor que se respira en la calle y por la cantidad de insectos que hay, parece que el ayuntamiento nos haya abandonado”.

Sin embargo, desde el área de Gestión y Seguridad Ciudadana de Torrent, dirigida por Inma Amat, señalan que "las labores de limpieza se llevan a cabo diariamente" y apuntan como causantes a los enseres y escombros que se dejan en la calle como causa principal”.

A los problemas de suciedad, que los afectados califican de “constantes”, se les ha sumado este verano una mayor presencia de ratas en las calles, lo que podría tener varias causas. Por una parte, en septiembre del año pasado se instaló un contenedor orgánico frente a una farmacia situada en la calle Germanies, 44, esquina con Verge de la Pau. El propietario del establecimiento, Josep María Escrivà, presentó varias quejas por escrito al ayuntamiento para reclamar que se quitase este cubo. “La basura no debería depositarse frente a un negocio sanitario por cuestiones de higiene, ya que, entre otras cosas, produce muy malos olores, pero desde el consistorio no se ha hecho nada para evitarlo”, destaca. Además, se trata de un contenedor que se abre por medio de un código Qr, “por lo que son muchas las ocasiones en las que nos encontramos bolsas fuera del cubo donde, además se acumula agua”, explica el farmacéutico.

 Por otro lado, la reciente redecilla instalada en un desagüe en el que “se acumulan los residuos, parece atraer a las ratas”, tal y como exponen los residentes de la zona . Por ello, el mismo afectado afirma que durante este año ha pagado ya “dos campañas de desratización para evitar que estos animales se cuelen en el local, como ha ocurrido en otros cercanos. No obstante, si yo llevo a cabo medidas, pero desde el ayuntamiento no solucionan el problema que se produce en el exterior, no sirve de nada”.

Los roedores entran en los comercios

Los residentes de la zona indican que existe “un sentimiento de abandono, ya que se ha llamado muchas veces al consistorio para comunicar la situación y no se ha logrado nada”. Según los afectados, las ratas del lugar son muy grandes y ya han entrado en algunos de los comercios de la zona. “El otro día entraron en la peluquería. Cuando la dueña fue a abrir la puerta se coló una rata y tuvieron que salir todos los clientes corriendo fuera del establecimiento. Es muy triste porque no favorece a los negocios de la zona”, señala Josefa Soler, una vecina cuya casa se encuentra enfrente de la farmacia. “También entraron en un comercio de muebles y como eran tan grandes y saltaban tiraron varios cuadros que estaban colgados, pero lo peor sería si nos mordieran en algún momento”, añade la misma mujer.

“Yo vivo en un primero y todas las mañanas, lo primero que hago es echar lejía a la calle para evitar los malos olores. No podemos abrir las ventanas porque es insoportable y además hay una gran cantidad de mosquitos”, relata la vecina.

Una chica que vivía en la zona, según los afectados, “se ha tenido que mudar porque vivía sola en un segundo y tenía mucho miedo de que las ratas le entrasen en casa”. Otra de las denunciantes, Lola López, asegura que “no limpian los contenedores y eso produce muy malos olores. Mi marido está enfermo en casa y no podemos ventilar para que esté más a gusto, ya no sabemos que más hacer”, concluía.

Uso de los ecoparques

No obstante, la concejala del gobierno Inma Amat, apunta que las principales quejas provienen por “la cantidad de escombros y muebles que se depositan en la calle sin tener en cuenta los días de recogida. Es necesario que hagamos uso de los dos ecoparcs que tenemos en la ciudad y avisemos previamente al servicio de recogida para que los trastos estén en la calle  el menor tiempo posible”. 

Asimismo, Amat afirma que “en septiembre está previsto implantar un sistema de recogida distinto, como hemos estado probando en otros barrios, para intentar conseguir que nuestras calles estén limpias de enseres, muebles, etc, pero sin la colaboración ciudadana no podrá conseguirse”.