La conversión del barrio del Alter de Torrent en una zona de bajas emisiones se desarrollará en tres años, según la primera estimación que tiene el gobierno local, y sigue a todo un proceso anterior de intervención urbanística en esta zona de casas bajas, que delimitan Ramón y Cajal, Gómez Ferrer y la calle València. Todo el proyecto supondrá una inversión que ronda los cuatro millones de euros, entre las obras de reurbanización de la parte del barrio donde no se ha actuado y todo el sistema de sensorización que tendrá que instalarse.

Así lo ha explicado el concejal de Modernización Andrés Campos, quien detalla que el consistorio ya tiene concedidos dos millones de euros de los fondos Next Generation de la Unión Europea. Esta primera ayuda irá destinada a la reurbanización de la tercera fase del barrio (hace pocos meses que acabó la segunda), que se sitúa en las calles Aldaia, Manises, Sant Gaietà, Sant Blai, Xirivella, Santa Llúcia y su entorno. La actuación consistirá en convertir las vías en una plataforma única, con lo que se eliminarán los coches de las calles.

La cuarta fase de intervención, para la que se están elaborando los proyectos que se presentarán a la UE en breve, incluirá la reurbanización del resto del barrio y la colocación de toda la sensorización que definirá el proyecto de bajas emisiones, de forma más específica. Campos indica que será un sistema que incluirá tanto la colocación de cámaras que reconozcan matrículas como de sensores que midan la calidad del aire, que es «otro aspecto clave en el proyecto». Esta propuesta se presentará a la UE junto con la primera fase de intervención en el área de la Torre, que va desde la calle Maestro Giner hasta José Iturbi, y tiene un presupuesto que ronda los dos millones. «Si no nos conceden las ayudas, las obras y la sensorización se harán igual pero puede que tardemos un poco más», añade el concejal.

La conversión de calles en vías de plataforma única ya ha supuesto una reducción de tráfico en el barrio

Jesús Ros - Alcalde de Torrent

Reducción del tráfico

Por su parte, el alcalde Jesús Ros ha indicado que la experiencia de reforma de las calles del Alter para convertirlas en vías de plataforma única, que el ayuntamiento ha llevado a cabo paulatinamente en las diferentes fases, «ya ha supuesto una reducción importante del tráfico rodado en el barrio», que se nota tanto en la franja pegada a Gómez Ferrer (una de las arterias importantes de circulación que delimita el barrio) como en el otro extremo «y contrasta claramente con los puntos donde aún no se ha intervenido». «Al haberse eliminado el aparcamiento en esas vías, se ha disminuido mucho el tráfico que daba vueltas buscando un sitio», añade el alcalde Jesús Ros.

Las AVV del barrio aplauden el plan pero quieren información


La propuesta de convertir en Alter en un área de bajas emisiones ha sido, de entrada, aplaudida, por las dos asociaciones vecinales del barrio. Para la entidad Alter Vell, este plan puede contribuir a reducir la velocidad de los coches en algunas calles que son muy largas, como San José o el Cristo. No obstante, este colectivo lamenta haberse enterado de la iniciativa a través de este diario y no en las reuniones periódicas que tiene con el consistorio.

Por su parte, la asociación vecinal Ramón y Cajal considera que «ya era hora» de que se actuara en materia de movilidad en ese sentido en el Alter. «Cuando comenzaron las obras, la gente se quejaba de que se iban a quitar plazas de aparcamiento. Pero ahora la gente está encantada. Y este proyecto tiene que ser el siguiente paso», valora el presidente, Francisco Ortí. El dirigente pone como ejemplo los badenes que se han instalado en el paso de cebra del colegio la Purísima, «que están funcionando» y pide la misma medida en la calle Canónigo Gisbert de la ciudad.