En Rocafort se habla desde hace dos años de "mafias" y "delincuentes" que viven en una finca nueva en el centro del pueblo, propiedad de la Sareb, entidad conocida como el "banco malo". Una finca que fue noticia recientemente ante un desahucio que iba a dejar en la calle a quienes allí, residen y que son familias vulnerables con niños pequeños.

¿Y los delincuentes? Pues sí los hubo, pero ya se fueron. Entraron en esa finca hace dos años, acumularon denuncias de vecinos y se marcharon. Otras familias ocuparon esos pisos. No son delincuentes. Son mujeres que limpian casas y cuidan mayores y menores. De ahí provienen sus ingresos. Eso sí, sin contrato.

"Son mujeres que trabajan o han trabajado cuidando los niños, niñas y mayores de las familias españolas. Son como esas mujeres que limpian nuestras casas y nos ayudan cuidando a nuestras criaturas, a nuestros padres y madres". Quien lo cuenta es Sonsoles Giner, quien fuera concejala de Bienestar Social durante tres años en el ayuntamiento. Ahora ya no ocupa ningún cargo público. Y tras visitar a las familias afectadas en sus domicilios, incita a quien dude a hacer lo mismo. Para que vean que allí hay pobreza, pero no delincuencia. Que hay vulnerabilidad, pero también solidaridad entre ellas.

Son como esas mujeres que limpian nuestras casas"

Pero Sonsoles no es la única vecina que apoya a estas familias. Un grupo de residentes está recogiendo firmas para entregárselas al alcalde en una carta donde exigen que desde Servicios Sociales se atienda a estas familias ya que desde 2020 hay orden de que no sea así, en base a una moción promovida por Ciudadanos, el PP y Vox. Por ello, en la carta donde se recogen las firmas piden que se "resuelva el empadronamiento de las familias que lo han solicitado", que se "realicen las gestiones para garantizar el acceso al agua" (viven sin suministro de agua por un corte que la empresa asegura que no ha realizado), que "atiendan la solicitud del informe de vulnerabilidad" (que les permite poder acceder a un alquiler social y a la paralización del desahucio previsto) y garantizar la atención de estas familias hasta que se resuelva su situación de emergencia habitacional.

Este grupo de vecinos visitó a las familias para comprobar en qué situación vivían. Y se encontraron un panorama bien diferente a lo que se ha escuchado por el municipio durante mucho tiempo. "Son mujeres que han vivido en piso de alquiler cuando tenían trabajo, pero al llegar el Covid pierden el trabajo y la posibilidad de pagar un alquiler por lo que han de salir de allí. Mujeres que cuidan niños y niñas valencianos sin seguro por estar en una situación irregular y cuando se quedan embarazadas pierden el trabajo. Mujeres limpias, educadas, valientes, solidarias, trabajadoras. Pobres, sí, muy pobres y la pobreza nadie quiere verla al lado de su casa. Pueden venir a limpiar, pero luego que se vayan a otro pueblo", relata la mujer en un escrito.