“He tenido que llamar hasta 17 veces para que me pongan una rampa en el metro de Meliana”

Álex, en silla de ruedas, cada vez que va a la universidad de lunes a jueves, tiene que pedir una plataforma a FGV con mínimo dos horas de antelación -“Al menos podían poner un teléfono exclusivo para problemas de accesibilidad”

Álex, movilidad reducida tiene que llamar 24 horas antes cada vez que tiene que usar el transporte público para que le pongan una rampa móvil por no estar los andes adaptados

Álex, movilidad reducida tiene que llamar 24 horas antes cada vez que tiene que usar el transporte público para que le pongan una rampa móvil por no estar los andes adaptados / JM Lopez

Pilar Olaya

Pilar Olaya

Una cosa tan habitual y rutinaria como coger el metro para ir a la Universidad se convierte a veces en toda una odisea para Álex, un vecino de Meliana de casi 19 años -los cumple en unos días- que va en silla de ruedas.

De momento, y a diferencia del resto de usuarios, Álex tiene que saber exactamente a que hora va a coger el metro de ida y de vuelta, ¿por qué?. Porque cada vez que acude a la estación de Meliana tanto para subir al tren como para bajar necesita que un operario le traiga una plataforma para salvar la distancia que hay entre el vagón y el andén, ya que las estaciones de la línea 3, fuera ya de València, son aéreas, esto es, que el tren no descansa directamente sobre el borde del acceso peatonal.

Las personas con discapacidad tienen que llamar 24 horas antes cada vez que tiene que usar el transporte público para que le pongan una rampa móvil por no estar los andes adaptados

Las personas con discapacidad tienen que llamar 24 horas antes cada vez que tiene que usar el transporte público para que le pongan una rampa móvil por no estar los andes adaptados / JM Lopez

Para que acuda alguien a instalarle la rampa, tiene que llamar al teléfono de atención al cliente, mínimo con dos horas de antelación, “eso es lo que dice el protocolo, pero a veces me dicen que incluso un día antes, ya que hay una sola persona para cubrir varias poblaciones”, afirma Álex resignado. Y eso si todo va bien y te cogen el teléfono a la primera. “He tenido que llamar hasta 17 veces para poder solicitar la plataforma. Al menos podían poner un teléfono exclusiva por tema de accesibilidad, ya que cuando sacaron el Bono Joven gratuito las líneas estaban colapsadas y era imposible que me atendieran”.

Eso significa que todos los días de lunes a jueves que tiene clase, Álex tiene que llamar continuamente para pedir una plataforma. “Si, por ejemplo, no viene un profesor, no me puedo ir a casa, tengo que esperar en la estación hasta la hora que le dije que llegaba el metro a Meliana, porque si no cuando llegue a la estación no puedo bajar del tren”.

Una mujer sube al metro en silla de ruedas tras la colocación de la rampa habilitadora.

Una mujer sube al metro en silla de ruedas tras la colocación de la rampa habilitadora. / JM Lopez

Pero Álex, como cualquier joven de 18 años, no solo se desplaza a València para ir a la Facultad de Filosofía en la calle Blasco Ibáñez, sino también para disfrutar de actividades de ocio. Y aquí se añade otro problema a la petición de rampas, el temible ascensor. No solo que no funcione, sino que además este vecino de Meliana necesita un mando para poder llamarlo, ya que no puede acceder al botón “y muchos ascensores no tienen habilitada esta opción”. Así que si no funciona el ascensor, no puede salir de la estación y tiene que volver a subir al metro e irse o a casa u a otra donde pueda salir.

A mi hijo le han llegado a enviar a tres estaciones distintas: llegó a la suya, Facultats, y el ascensor no funcionaba y nadie le avisó de ese hecho. Le enviaron a la estación anterior, Benimaclet, donde tampoco funcionaba el ascensor. De ahí le enviaron a la estación Alameda, donde sí funcionaba el ascensor pero no con el control remoto que dispone para poder utilizar el ascensor por lo que necesitaba ayuda de una persona para poder llamar el ascensor y salir a la calle. Todo ello cuando está yendo a la Facultad a estudiar, perdiendo horas lectivas. Podría ser el trabajo, y podría ser despedido por incumplimiento de horario", denuncia la madre de Álex en una de las múltiples quejas interpuestas, que al final ha sido recogida por el Síndic de Greuges qu ele ha dado la razón y apremiado a FGV a que ponga remedio.

La madre de este joven, ante esta situación, tampoco considera buena la alternativa del taxi, como sugiere FGV en sus protocolos , ya que "implica esperas, retrasos, es decir, no poder llegar a tu destino a la hora debida. Algo que considera "parches", y "protocolos que no se cumplen", para paliar el hecho de que no hay accesibilidad en los andenes.

En ese sentido, la madre del joven afectado, pide para solucionar temporalmente hasta que se adapte los andenes, a disponer de un agente de metrovalencia de forma permanente en la estación de Meliana (y cualquier otra donde se precise) "que podría colocar la plataforma cuando se necesite sin tener que llamar previamente. Pero han eliminado al personal, no hay nadie a quien acudir".

Álex solo quiere lo que la todos los jóvenes de su edad, ser independiente, y el actual sistema de FGV se lo impide. Una de las muchas reivindicaciones que evidencian la necesidad de que hoy, 3 de diciembre, se siga celebrando el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.