“Me obligan a trabajar levantando ancianos con un informe médico de no apta”

Loli, trabajadora de atención domiciliaria de Tavernes, ha denunciado al consistorio ante la Inspección de Trabajo por no aceptar el informe médico

Loli, trabajadora del SAD, con la denuncia ante Inspección de Trabajo.

Loli, trabajadora del SAD, con la denuncia ante Inspección de Trabajo. / Fernando Bustamante

Pilar Olaya

Pilar Olaya

Loli es trabajadora fija del Servicio de Atención Domiciliaria de Tavernes Blanques y el pasado viernes denunció al ayuntamiento ante Inspección de Trabajo por obligarla a trabajar pese a contar con un informe de prevención de riesgos laborales que le designa como No apta. Es el último recurso que se ha visto obligada a usar ante el miedo de que le pueda pasar algo a los ancianos que cuida o a ella misma, que con 60 años acumula un largo historial médico.

La vida no le ha tratado muy bien a Loli, que ha tenido que hacer frente a varias enfermedades. La última, una sarcoidosis le mantuvo de baja un año hasta que recibió el informe valorable del INNS de que podía volver a trabajar. Para ello, debía pasar el pertinente control de la evaluación del servicio de prevención de riesgos laborales. Y aquí es cuando comprobaron que su periartritis en el hombro izquierdo había empeorado y le hacía imposible ejercer su puesto de forma normal. Ante esta situación, el propio facultativo informó al consistorio y le preguntó si era posible adaptar el puesto a su condición física. Tras recibir una negativa por respuesta, el servicio de prevención de riesgos laborales emitió un informe de No Apta para el puesto de trabajo. Así lo especifica el informe al que ha tenido acceso este diario: “Con los datos médicos, ante la imposibilidad de adaptación, las limitaciones orgánico funcionales son incompatibles con los requerimientos del puesto como sobreesfuerzos por manejo de cargas y tareas que requieren la elevación del brazo izquierdo por encima del hombro”.

Tras ese informe emitido en octubre, Loli pensaba que el consistorio o le daría otro puesto de trabajo o la despediría. Lo que no esperaba es que le obligara a trabajar. Tras ver que esa era la intención, se pidió vacaciones , no sin antes y dicho por ella misma “abusar de mis otras compañeras unos días para que hicieran un sobreesfuerzo asumiendo mis tareas hasta que me dejaron coger las vacaciones pendientes, porque me aseguraron que directamente de la baja no podía cogérmelas”. Las vacaciones acabaron el 9 de enero y Loli se presentó a trabajar con su informe, con la idea de que haría cualquier cosa pero no ir a atender a los ancianos a las casas.

Loli cuenta con un informe de prevención de riesgos laborales que le declara inapta por una lesión crónica en el brazo.

Loli cuenta con un informe de prevención de riesgos laborales que le declara inapta por una lesión crónica en el brazo. / Fernando Bustamante

“Pero ni mucho menos. Hablé con la concejala de servicios sociales y con el coordinador y me dijeron que si el INNS decía que podía trabajar, tenía que cumplir mi contrato, si no, que me atuviera a las consecuencias. Pero el INNS me dice que puedo trabajar tras superar la baja por sarcoidosis pero no sabe lo de la lesión de hombro que es lo que me hace no apta”. Loli pidió al consistorio que si iba a trabajar, que redactara un escrito donde ella empresa municipal asumiera la responsabilidad ante la mutua ante cualquier accidente que pudiera ocurrir en el trabajo estando ella con un informe de no apta, algo que no aceptaron. Ante tal situación, Loli sufrió un ataque de ansiedad por lo que ha estado dos días en reposo, pero este lunes debía volver. “He vuelto a ir al médico a pedir la baja, pero al haber puesto una demanda en inspección de trabajo solo me la puede dar el INNS y no sé que puede hacer. Tengo mucho miedo de que se me pueda caer un anciano. La lesión en el hombro me la hice porque se me quedó enganchado un señor mayor y no lo podía dejar caer, ahora no lo podría hacer".

"Debe recurrir el dictamen del INSS sobre su incapacidad"

El Ayuntamiento de Tavernes reafirma su postura en que Loli debería haberse incorporado a trabajo hasta que el INNS no dice lo contrario.

Según relatan fuentes municipales, tras ser consultadas por este diario, en referencia a la trabajadora del SAD, "el pasado lunes 9 se personó en las dependencias de Servicios Sociales vestida de calle y decidió autoasignarse el trabajo de recepcionista de la planta de Servicios Sociales haciendo caso omiso de las instrucciones del Coordinador del Área. Con ello, se negó a atender a aquellas personas dependientes que tenía asignadas para ese día, dejando el servicio descubierto".

El martes, afirman, que tras una reunión de coordinación interdepartamental por lo ocurrido, se pone de manifiesto que ya existía un informe jurídico sobre el tema y que el mismo exponía las opciones que tenía la empresa referente al no apto de la mutua: "su puesto de trabajo -por sus características- no se puede adaptar y no existe más vacantes en el ayuntamiento de su misma escala profesional. Así pues, la concejala de Servicios Sociales y el coordinador técnico del área le transmitieron que hablara con su abogado y se le instó a que debía recurrir el dictamen del INSS sobre su incapacidad que sí que dictó que estaba capacitada para volver a trabajar en su puesto de trabajo".

El consistorio quiere recalcar que otra trabajadora en su misma situación y de su misma escala profesional "acudió al puesto de trabajo, el mismo día que ocurrieron los hechos, de manera normal y sin dejar el servicio descubierto. Además, recurrirá la sentencia del INSS con el no apto de la mutua".

Por otra parte, desde el gobierno han incidido en que ya "se recolocó a dos personas con una incapacidad reconocida por el INSS en otros puestos de trabajo que sí estaban vacantes y siempre ha exigido la condición de la incapacidad del INSS para ello".

Una lesión que la ha hecho pasar dos veces por quirófano, y al a que se suma la sarcoidosis, fibromialgia y taquicardias. Un parte médico que no parece muy recomendable para una mujer de 60 años que tiene que atender unos 6-8 servicios diarios, que supone levantar a ancianos, ducharlos, asearlos, e ir a comprar, subiendo la compra la mayoría de veces en fincas sin ascensor.

Falta de personal

No es la primera vez que hay desencuentros entre el SAD y el Ayuntamiento de Tavernes como ya publicó este diario, una treintena de usuarios denunciaron la reducción de días de ayuda por no cubrir las vacaciones, haciendo que los atendidos pasaran hasta cuatro días sin ducharse.

Si bien ahora sí que suplen las vacaciones el servicio se ha quedado con tres personas, dos fijas y una temporal. Pero Loli, es una de esas fijas que esta de baja, así que ahora mismo solo cuentan con una fija y una temporal “ y su opción sigue siendo reducir la prestación del servicio, en lugar de contratar a más gente”, anuncian desde el SAD.

Loli no entiende por qué el consistorio se arriesga a que pueda pasarle algo a algún atendido o a ella misma como trabajadora con ese informe. “Solo encuentro una explicación, y es porque soy delegada sindical. A otra compañera sí que le adaptaron el puesto y a mi me dijeron que no podían. Yo quiero trabajar, pero no puedo hacerlo mismo que hacía antes, mi condición física me lo impide, pero ellos ni me adaptan el puesto ni me despiden”.