La Peregrina desata el fervor en Silla

La imagen de la Mare de Dèu ha congregado este fin de semana a cientos de vecinos de la localidad y alrededores

Pilar Olaya

Pilar Olaya

La localidad de Silla ha acogido este fin de semana a la Virgen de los Desamparados, una visita que ha dejado algunas imágenes para la historia. Vecinos de Silla y de poblaciones cercanas han respondido en masa a todos los actos organizados por las tres parroquias y en los que ha colaborado el Ayuntamiento de Silla.

El viernes 27 de enero la Virgen de los Desamparados llegó a Silla en un acto festivo y con todos los honores, el alcalde de Silla, Vicente Zaragozá, nombró a la Mare de Déu alcaldesa honorífica para los tres días de su visita. Al finalizar ese pequeño acto el pueblo acompañó en romería a la Virgen de los Desamparados hasta la parroquia de San José Obrero, donde permaneció toda la tarde y la noche del viernes.

La fría mañana del sábado comenzó con el rosario de la aurora, donde el pueblo llevó a la Virgen por las calles del pueblo hasta la parroquia de San Roque, iglesia en la que permaneció hasta las 19:30 horas. A esa hora dio comienzo la solemne procesión que trasladó a la Virgen de los Desamparados hasta la parroquia de Nª Sª de los Ángeles, una procesión multitudinaria y en la que los vecinos de Silla y de poblaciones cercanas demostraron su devoción a la Mare de Déu. Fueron los costaleros del Cristo de Silla los que la portaron durante la procesión.

Al llegar a la plaza del Pueblo la Virgen fue recibida con 21 salvas, albaes y bailes típicos de Silla como la dansa dels porrots. Momentos antes de que la virgen entrara en la parroquia el alcalde de Silla, Vicente Zaragozá, le colocó en el manto un broche de oro conmemorativo de la visita a Silla. La entrada a la iglesia estuvo acompañada de fuegos artificiales.

El domingo 29, último día de la visita, comenzó con unas nubes amenazantes, pero que no fueron a más, por lo que la ofrenda de flores a la Virgen se pudo realizar sin problema alguno. Por la tarde se celebró una multitudinaria misa solemne para despedir a la Mare de Déu, una celebración que dejó una imagen para la historia, la Virgen visitando la capilla del Santísimo Cristo de Silla, siendo este uno de los momentos más emocionantes del fin de semana. La virgen abandonó el pueblo entre vivas y aplausos. Como dato curioso de la visita, la lluvia no apareció hasta que la Virgen de los Desamparados ya había abandonado la ciudad.

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