La Llar de Bonrepòs abre sus puertas 7 años después

Por fin Bonrepòs i Mirambell cuenta con un centro cultural. Han tenido que pasar seis años para que las asociaciones culturales del pueblo puedan tener un lugar para ensayar y hacer sus representaciones. A falta de la inauguración oficial cuya fecha se está consensuado con todos los colectivos, este sábado 4 de febrero la Falla Bonrepòs i Mirambell ya pudo realizar allí su presentación. A ella le seguirán la banda y el grupo teatral, que ya están trasladando sus enseres para poder ensayar en las nuevas instalaciones. Un movimiento que refleja la necesidad que tenía esta localidad de l’Horta Nord de contar con un centro cultural. “Aunque aún no hay fecha oficial de inauguración, consideramos que con las instalaciones ya en perfecto estado, era conveniente que las asociaciones ya usaran las instalaciones y dejaran de tener que alquilar otros espacios en otras localidades”, señala la alcaldesa, Raquel Ramiro, que se siente muy satisfecha de poder devolver al pueblo este espacio y haber acabado con este culebrón que empezó hace siete años.

Y es que fue en 2016 cuando una sentencia por falta de insonorización obligaba a cerrar la Llar parroquial. Ese “apellido” ya desvelaba que ese centro cultural pertenecía a la parroquia, quien no tenía la capacidad económica para hacer frente a la reforma acústica necesaria acorde a la normativa.

Fue un varapalo para la población, ya que prácticamente de un día para otro cerró el inmueble que albergaba conciertos, teatro, cine, presentaciones falleras y actos cívicos. También se fundó allí la Unió de Llauradors i Ramaders y era sede de la Sociedad Musical. Un centro además con un valor sentimental añadido, ya que la historia de este edificio se remonta a los años 60 cuando un grupo de jóvenes del municipio pidió ayuda para conseguir un local para reunirse y hacer teatro. Un vecino compró un campo y todos los demás se volcaron de lleno en construirlo. Unos llevaban materiales, otros ayudaban a la construcción; otros vendían rifas y entradas para espectáculos para financiarlo. Finalmente, el edificio fue entregado a la parroquia por considerarse que así quedaba en manos del pueblo.

Es por eso, que cuando en 2016 un problema de insonorización provocó que un juez dictara el cierre del edificio, el consistorio comenzara a trabajar en adquirir la propiedad del edificio, para poder hacer una rehabilitación integral y poder reabrirlo. Finalmente, tras una permuta con el Arzobispado por otro solar, se firmó la la cesión en enero de 2019, justo hace ahora 4 años, por entonces la alcaldesa Rosella Antolí, de Compromís, que gobernaba en coalición con el PSOE, donde ya se encontraba como concejala la actual alcaldesa, Raquel Ramiro.

Fuerte inversión subvencionada por Diputación

En julio de 2019 empezaron las obras de rehabilitación con un coste inicial de 248.887euros subvencionadas con fondos de la Diputación de Valencia. Obras que consistieron en la duplicación de las paredes interiores así como la colocación de elementos de aislamiento permitirán la insonorización del salón de actos para cumplir con los requerimientos legales exigidos que provocaron el cierre del centro. También se ha reformado por completo es escenario y se ha estructurado un nuevo proscenio más accesible. En el patio de butacas se ha aplicado un sistema antihumedad, además de labores de saneamiento con pintura, cambio de puertas y renovación de mobiliario.

A esas obras les siguieron otras dentro del plan de inversiones de la Diputación de 2020-21, que ascendían a 252.890 euros, donde se llevaron a cabo la adecuación y ejecución de nuevos camerinos, almacén y cuarto para el equipo SAI de protección eléctrica en el escenario, la instalación de nuevo pavimento en todo el recinto, la instalación de una plataforma salva escaleras y la climatización del salón.

Una gran inversión que por fin ha visto la luz y que, lo más importante, ya está en manos de la población para hacer uso de ella. El consistorio, también tiene grandes proyectos para este espacio, entre los que destaca un cine, ya que se ha adquirido un proyector de películas “algo muy demandado para una población tan activa culturalmente como la nuestra”.