Catarroja expone su bandera blasquista rescatada tras 90 años escondida

Este emblema ya restaurado podrá ser visitado en el antiguo ayuntamiento en rutas guiadas los sábados

La bandera blasquista ya colgada en el antiguo despacho de alcaldía de Catarroja,

La bandera blasquista ya colgada en el antiguo despacho de alcaldía de Catarroja, / A.C.

Pilar Olaya

Pilar Olaya

Ahora si Catarroja ya puede disfrutar de un elemento patrimonial único. Se trata de la bandera con el rostro de Blasco Ibáñez sobre los colores republicanos que el exalcalde catarrogí Fernando Ribes mandó realizar en 1933 precisamente para conmemorar la llegada a València de los restos del escritor valenciano, que había muerto en Francia cinco años antes. Pintada a mano por A. Gradolí, que al parecer era un pintor local, cuenta con el retrato del escritor de "Cañas y barro" junto con la fecha de la llegada de sus restos mortales. 29 de octubre en 1933 y la inscripción "Casa de la Democracia".

Una bandera que el Ayuntamiento de Catarroja ha rescatado del olvido, puesto que permaneció escondida por la familia del primer edil durante casi 90 hasta que decidió contactaron el área de Patrimonio y cederla para ser restaurada. Algo que ya se ha conseguido realizar. De hecho la bandera blasquista ya está colgada en el que era el antiguo despacho del alcalde, a la espera de poder ser contemplada. Esto ocurrirá dentro de poco. El ayuntamiento de Catarroja tiene previsto, después de las vacaciones de Pascua, realizar visitas guiadas todos los sábados , no solo para ver la bandera sino también otros elementos patrimoniales que se sitúan en el entorno de la Plaça La Llotgeta como el antiguo salón de plenos donde destacan sus frescos o la iglesia parroquial.

Proceso de restauración de la bandera blasquista de Catarroja.

Proceso de restauración de la bandera blasquista de Catarroja. / A.C.

Pero sin duda la joya de la corona será esta bandera que impresiona por su gran tamaño, de 2’56 m x 1’57 m, y que está colocada cuidadosamente siguiendo las instrucciones de los restauradores, Alicia Fortea Montañana, Alitea arte-manía y Nuria Pons Alemán, de Echenique restauración: esto es sobre un soporte de policarbonato a la medida, reforzado, para evitar que se combe por el gran formato, y además aparece enmarcada bajo un cristal para evitar la entrada de polvo. Está conservada en un 50-55% de humedad relativa, unos 18-20 ºC de temperatura y una luz tenue, no supere los 50 luxes, con tecnología LED .

La bandera blasquista de Catarroja restaurada.

La bandera blasquista de Catarroja restaurada. / A.C.

Todos los mimos son insuficientes para esta bandera, restaurada con una inversión de 3.580 euros cuyos trabajos han consistido en la limpieza mecánica con microaspiración controlada para quitar el polvo, consolidar la pintura y quitar los pliegos y arrugas, en un minucioso proceso que se ha hecho paso a paso. Catarroja también tiene en mente ponerse en contacto con la Fundación Blasco Ibáñez para dara conocer esta pieza y abrir la puerta a que pueda ser usada en los actos de conmemoración del 90aniversario de la llegada de sus restos.

"El objetivo era sacar a la luz una bandera que reencuentra a Catarroja con un aparte de su historia oculta y ocultada", señala el concejal de Patrimonio, Martí Raga quien destaca que con estas visitas guiadas que se alargarán hasta octubre "también ponemos en valor nuestro patrimonio con el antiguo salón de plenos y el despacho de alcaldía, en un espacio donde se va a condensar los elementos del siglo xx mas importantes de Catarroja".

Obra de Olivares en el salón de plenos del Ayuntamiento de Catarroja.

Obra de Olivares en el salón de plenos del Ayuntamiento de Catarroja. / A.C.

Adquisición de un a pintura de Olivares

Por otra parte, el antiguo salón de plenos, también restaurado por el consistorio, de gran valor artístico gracias a sus pinturas murales y las escayolas del artista Francesc Grau, ha incrementado aún más su riqueza gracias a la adquisición por parte del consistorio de una obra de Juan Olivares, que tal y como describe Martí Raga, "es una pieza espectacular que se integra a la perfección con los paneles dorados y las hojas de laurel que Grau pintó hace más de 100 años". El autor, por su parte, asegura que es "un orgullo formar parte de este espacio histórico y maravilloso".