Protesta en contra del PAI de 1.200 viviendas de Alfafar

Vecinos agrupados bajo la Plataforma Salvem la Font Baixa de Alfafar han protagonizado una protesta en la zona de huerta urbana donde esta previsto que se desarrolle el macroproyecto urbanizador que pretende construir 36 torres de entre 8 y 10 alturas con más de 1200 nuevas viviendas.

Esta plataforma defiende que La Font Baixa representa "el último trozo de huerta periurbana de la comarca en medio de tantas construcciones". El 8 de abril del año 1991 el PSOE de Alfafar aprobó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) donde se catalogaba estos terrenos agrarios como urbanizables. El año 2019 el PP aprobó, con los votos a favor del PSOE, el borrador del Plan de Actuación Integral (PAI) de la Font Baixa II, presentado por la Agrupación de Interés Urbanístico UE Zona 2 “Font Baixa”, entidad que aglutina la mayoría de los propietarios de los terrenos. Este PAI se encuentra actualmente en fase de estudio por la Generalitat para obtener los informes y permisos necesarios. Con este plan se pretende asfaltar 140.000 m² de huerta del pueblo para la creación de un “ecobarri”, según planifica el Ayuntamiento de Alfafar, gobernado por el PP.

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Ante esta situación, el vecindario ha decidido organizarse en una asociación para defender la huerta llamada Plataforma Salvem La Font Baixa. Esta plataforma tuvo la primera asamblea el 23 de marzo y, en menos de dos meses han convocado la primera concentración donde todo el vecindario ha sido invitado. Cerca de un centenar de vecinos -según la organización- se han concentrado para pedir la paralización del PAI y la protección y revitalización de este espacio de huerta, que consideren como parte de su estilo de vida.

Durante la concentración, miembros de la Plataforma han desplegado una pancarta donde se podía leer “El vecindario de Alfafar defiende la tierra. Somos Huerta, somos vida. No al PAI”. También han leído un manifiesto donde se ha explicado los problemas derivados de este macroproyecto, que incluyen un aumento descontrolado de población, aumento del número de coches, saturación de los ya precarios servicios públicos como el centro de salud municipal y la pérdida de la identidad del pueblo. También tendría efectos en la salud de la población, como una disminución de la calidad del aire en la zona, aumento de los ruidos y de la gentrificación y una disminución drástica de zonas verdes de esparcimiento que afectaría a la salud mental del vecindario.

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Como alternativa “de acuerdo con un contexto de emergencia climática global”, la Plataforma ha propuesto reconvertir los terrenos de urbanizables a rústicos en el PGOU. “Puesto que los propietarios también su víctimas”, aseguran desde la Plataforma. En el borrador del PAI un 6% de los terrenos asignados al proyecto son públicos. La única solución, a su parecer, pasa por la protección y revitalización de la huerta y para integrarla en la vida del pueblo. "No queremos ecobarrios especulativos, ni cabe pelotazo urbanístico en Alfafar”, asegura una vecina. Esta revitalización de los espacios agrarios permitirá incrementar la calidad de vida del vecindario, además de producir alimentos locales para el pueblo, como ha sido toda la vida. Desde la Plataforma aseguran que continuarán concienciando al vecindario y llevando a cabo acciones hasta parar el PAI.