Un padre y su hijo integran el grupo de Compromís en Alfara del Patriarca

Jesús y Joan Guanter son dos de los tres ediles que la formación valencianista ha logrado y que intentará una coalición de gobierno con el PSPV

Joan Guanter y Jesús Guanter frente al Ayuntamiento de Alfara del Patriarca

Joan Guanter y Jesús Guanter frente al Ayuntamiento de Alfara del Patriarca / Miguel Ángel Montesinos

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Joan Guanter va a los plenos de Alfara del Patriarca desde que tenía 6 años. Lo llevaba su padre, Jesús, cuando era concejal y algo de aquello se le quedaría metido en la cabeza porque, según recuerda el progenitor, el niño creció obsesionado con la política. Tanto es así que hoy Joan tiene 21 años, estudia Derecho y Ciencias Políticas en la Universitat de València y acaba de ser elegido concejal por Compromís en una lista que encabeza el mismo Jesús Guanter, profesor de secundaria en Escola La Masia y edil por segunda vez tras acompañarse de una lista renovada. 

En total son tres los concejales que ha obtenido la formación valencianista en Alfara: el padre, el hijo y Laura Alandes que no es el espíritu santo pero también cura las heridas, ella como enfermera. Ganan un representante y lo restan al PSOE dejándole sin la mayoría absoluta de su anterior legislatura al empatar a cuatro ediles con el PP, algo que abre la puerta a una coalición de izquierdas. “Hace ocho años fue igual y no llegamos a pactar porque al PSOE le parecieron excesivas las competencias solicitadas. Veremos ahora. Nosotros estamos dispuestos a conversar”, anticipa Jesús. 

Pero antes de negociar este acuerdo, los Guanter echan la vista atrás y valoran sus respectivos papeles en una campaña demostradamente exitosa. Joan ha sido el más activo a pie de calle y en redes sociales. Sus 1.650 seguidores en Twitter han visto cómo empujaba con propuestas, comentarios virales y retuits a su padre (otra comparación odiosa: Jesús tiene 97 seguidores). “Nuestras visiones generacionales son complementarias y se ha notado al comunicar”, explica Joan. “La campaña ha sido llamativa gracias a mi manera de transmitir las propuestas”, explica sobre un estilo llamativo y fresco que otros grupos en el municipio han intentado emular.

Su padre, en cambio, con un discurso más templado, aporta la experiencia política de muchos años y muchas adhesiones creadas en el municipio. “La gente de Alfara me reconoce como el representante de Compromís, pero buena parte de las grandes ideas han venido de Joan y en el equipo hay cierta unanimidad en reconocer eso, aunque está feo que yo lo diga”, dice Jesús. “Gracias a su incorporación y la de otros jóvenes, tenemos una base más amplia y eso ha hecho que vuelva la ilusión al partido”, relata el portavoz de los valencianistas. 

Pero más allá de su mezcla generacional, con Laura Alandes cubriendo la franja intermedia, Compromís per Alfara ha convencido a 428 votantes (el 22 %) gracias a un programa centrado en la construcción de una residencia de día para la tercera edad y, sobre todo, resolver los muchos retos que el CEU plantea a la localidad. “Una organización tan grande en un pueblo tan pequeño ocasiona problemas de todo tipo: el precio de los alquileres se dispara hasta los 1.000 euros, faltan plazas de aparcamiento y hay un desequilibrio en el pago de impuestos, porque el CEU no abona el IBI. Lo he dicho durante toda la campaña: yo no quiero ser más grande que el CEU, pero tampoco más pequeño”, manifiesta el profesor en su papel de representante municipal. 

¿Candidatura demasiado familiar?

Hasta aquí el abrazo paternofilial. Ahora la intrahistoria. Las inseguridades de puertas hacia dentro. Joan votó por primera vez y por primera vez será concejal, pero también reconoce haber sentido cierto miedo en el proceso: “Temía lo que pudiera decir la gente si entendía que la lista era demasiado familiar”, reconoce. Sin embargo, su padre siempre lo ha tenido claro: “En eso estoy muy tranquilo. El PP y el PSOE son partidos grandes que, en cierta manera, pueden funcionar como agencias de colocación, porque siempre tienen expectativas de gobernar y ofrecer puestos de trabajo. Compromís no tiene esas expectativas. En un pueblo pequeño, estar en la oposición siempre te supone más problemas que beneficios”, señala Jesús, aportando a la vez un argumento-alabanza: “Joan tiene inteligencia, es honesto y está capacitado, tres cualidades muy valorables para un político”.

Luego están las discrepancias, los típicos y frecuentes choques padre-hijo que normalmente se resuelven en casa con la matriarca como testigo, harta de tanta política en vena. “Mi mujer ya lo ha explicitado”, dice entre risas Jesús, y sobre las tertulias enconadas añade: “Joan y yo siempre tenemos discusiones pero nos aclaramos pronto. Yo tengo una visión no tan apasionada y él defiende las propuestas de manera vehemente, algo que es producto de nuestras edades. Lo que intento es que amplíe el foco y entienda que el partido ha vivido su propia evolución histórica. Que sepa de dónde venimos, aunque en realidad ya lo sabe”. 

Por último, a la brecha generacional habría que sumar una educación diferente, pues Joan ha crecido en un hogar progresista pero Jesús tuvo menos respaldo: “Mi casa era la de una familia franquista no activa, de manera silenciosa, como se decía entonces. En ese entorno les creció un hijo nacionalista de izquierdas así que supongo que lo vieron con cierta preocupación. También es verdad que ellos nunca me pusieron problemas ni se pelearon conmigo, y para mí la dedicación política nunca ha sido prioritaria”, subraya el profesor.