«Llevo en la sangre la Passejà de Quart; es una tradición única»

Un documental repasa a través de testimonios de expertos y vecinos el origen de la fiesta dedicada a Sant Onofre, su evolución y su futuro

La Passejà de Quart se celebra cada 9 de junio

La Passejà de Quart se celebra cada 9 de junio / L-EMV

Alfredo Castelló

Alfredo Castelló

Cuenta la leyenda que a principios del año 1400, Sant Onofre se acercó a un molinero de unas tierras de Quart de Poblet para pedirle que el pueblo le construyera una Ermita. Tres siglos después, en 1723, el vecindario se encomendó al santo ante la crisis que padecían sus cosechas por la extrema sequía. La noche del 9 de junio cayó un diluvio con granizo incluido y la población temía por los destrozos. Al amanecer observaron con sorpresa que la lluvia había reverdecido los cultivos. Vecinos y vecinas sacaron en procesión a Sant Onofre para darle las gracias y acompañaron su imagen con el disparo de cohetes. 300 años después Quart mantiene viva la tradición de honrar a su patrón con fuego la noche del 9 de junio en la célebre Passejà.

Dentro de la programación alrededor de la efeméride, Els Amics de la Passejà de Quart presentaron ayer un documental realizado por Rosella Espinós y Juan Carlos Fita. El trabajo audiovisual, bajo el título «300 anys de Passejà: una promesa, una tradició», explica el origen de la fiesta y cómo ha sobrevivido en el tiempo, todo a través de testimonios de expertos, vecinos y participantes en el festejo de distintas generaciones. «Cierro los ojos y me veo subiendo deprisa a la ermita porque vienen lo cohetes», relata la veterana Carmen Sanmartín. «Recuerdo subir a la Ermita y jugar con los ‘coeters’, que nos decían que no quedaban cohetes y de repente encender uno», explica José Sanmartín, socio fundador del Amics .

Y es que el papel la asociación ha sido clave en las últimas tres décadas para el crecimiento y difusión de la Passejà. Actualmente cuenta con un centenar de integrantes, desde los más veteranos a los jóvenes que quieren que la tradición perviva. «Amics de la Passejà nace en 1989 con 34 personas», indica su presidente Onofre Burgos. «Nuestro principal objetivo es darle prestigio a la fiesta, y que todo el mundo se sienta participe», sostiene. De hecho, la asociación programa una serie actividades alrededor del 9 de junio. Una de ellas la Pujà, dedicada al público infantil desde 2017. «Es una oportunidad para las próximas generaciones de ir participando y mantener la Passejà», afirma Jaume Sanmartín, hijo y nieto de socios de Amics.

Niños participantes en la Pujà, el acto dedicado al público infantil.

Niños participantes en la Pujà, el acto dedicado al público infantil. / L-EMV

«Es una gran satisfacción ver como un grupo de personas se unieron para fundar Amics de la Passejà para defender nuestro patrimonio y trasladar esas costumbres”, señala la alcaldesa Carmen Martínez, para defender un acto que es Fiesta de Interés Turístico Local (2007), Provincial (2018) y Autonómica (2023).

Andrea Moreno, historiadora, revela que hay constancia de la Passejà en el primer tercio del siglo XVIII. La experta resalta la «particularidad» del Sant Onofre de Quart y destaca «la transmisión intergeneracional de la fiesta». De ahí la importancia de las nuevas generaciones. Llum Colomer y Adela Navarro son dos jóvenes que ‘han mamado’ la devoción por celebración del 9 de junio desde la cuna. «Desde la barriga de mi madre llevo en la sangre la Passejà. Mi abuelo es uno de los fundadores y tenemos que seguir la tradición», afirma Llum. «Es una fiesta que hace pueblo y desde pequeña formo parte de una tradición única», asevera Adela. De hecho, Guillermo López, fundador de la asociación, incide en el documental en la apertura de la fiesta: «ahora hay muchas mujeres y gente joven». 

Imagen de cómo era la Passejà a principios del siglo XX

Imagen de cómo era la Passejà a principios del siglo XX / L-EMV

Las leyendas sobre el santo

La Passejà mantiene su componente de devoción al santo. «En realidad es una promesa. El pueblo en conjunto hace la promesa de agradecer al santo haberlos librado del hambre», indica Vicent Sancho, docente y fundador de Amics. «Sant Onofre está rodeado de leyendas desde su nacimiento. Su padre, el Rey de Hungría, pensaba que su mujer le era infiel y que no era hijo suyo. Al nacer lo tiró al fuego, pero sobrevivió a las llamas», cuenta Sancho. 

Y es que el 9 de Junio está marcado en rojo. «Es un día de juntarse con familiares y amigos. Se trata de una fiesta que troncalmente une a todo el pueblo», explica Burgos. Pero, ¿cómo era hace décadas? «Subíamos a la ermita y a los más pudientes les compraban un trocito de turrón. Los que no, nos teníamos que conformar con garbanzos», narra Carmen Sanmartín. «Es un día especial, el día que te compraban helados y te ponías tus mejores vestidos. Nos encontrábamos con la familia. Es un día de tradición y sentimiento», dice Carmen Martínez.