El exalcalde de Meliana defiende que las indemnizaciones de los docentes debían hacerse por vía judicial

"Compromís ha dado una solución real a la continuidad del conservatorio", señala Riera

El exalcalde de Meliana, Josep Riera.

El exalcalde de Meliana, Josep Riera. / A.M.

Josep Riera era alcalde de Meliana con Compromís cuando se produjeron los despidos de nueve docentes del conservatorio que han derivado a tres sentencias en los juzgados de lo Social 9, 11 y 18 de Valencia que obligan, en conjunto, al consistorio, indemnizar con 26.895,98 euros a tres de ellos, según denunció CSIF, por el incumplimiento de requisitos formales y los abonos incorrectos en las compensaciones.

Es por eso que exalcalde y actual concejal de la oposición ha querido matizar algunos aspectos, entre ellos, la necesidad de resolverse este asunto por vía judicial: “La amortización de determinados puestos de trabajo de profesorado de música de la relación de puestos de trabajo (RLT) del Ayuntamiento se tiene que entender dentro del proceso complejo bisiesto del centro educativo desde el ámbito municipal en la Generalitat, una solución muy buscada durante años por el Ayuntamiento para garantizar la continuidad real del Conservatorio y que hicimos posible en la legislatura anterior”. En este proceso, el Ayuntamiento decidió amortizar los plazas de profesorado vacantes y aquellos con una jornada de trabajo reducida, inferior al 40%, tanto para hacer un traspaso funcional de la plantilla en la Generalitat como para liberar recursos de la relación de puestos de trabajo del Ayuntamiento para poder crear otros lugares claramente más necesarios para el funcionamiento de los servicios municipales. Todo este proceso se realizó con dictamen favorable de la Mesa de Negociación y con el apoyo de la mayoría de los representantes sindicales.

Respecto de la cantidad de las indemnizaciones, el anterior responsable destaca: “Las cantidades de las indemnizaciones las fijaron los servicios técnicos y jurídicos municipales desde la fecha en que los trabajadores lograron la condición de laborales fijos discontinuos. Cualquier otro reconocimiento solo podía ser por la vía judicial atendida las numerosas particularidades y la casuística en una trayectoria laboral enrevesada en la prestación de un servicio siempre muy condicionado al ser las enseñanzas musicales una competencia de la Generalitat e impropia del Ayuntamiento”.

Finalmente, Riera concluye: “Entendemos el papel de los sindicatos en la defensa de los derechos de los trabajadores y el hecho que, en algunos casos, tienen que ser los juzgados los que resuelvan situaciones que, con el tiempo, han acontecido complejas”.

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