"Me han tirado a la calle como a un perro aunque me ampara un escudo social"

En un coche con todas sus pertenencias. Así ha tenido que pasar la noche Óscar Morales en su nuevo hogar provisional hasta que Servicios Sociales le proporcione una solución habitacional. Ayer, la comisión judicial ordenó el desahucio de la vivienda en la que vivía de alquiler en Picassent desde 2018, un piso propiedad de un fondo de inversión cuyo alquiler dejó de pagar durante la pandemia porque se quedó sin trabajo.

Desde entonces, este joven de 36 años no ha podido volver a trabajar. El hombre tiene reconocida una discapacidad que se lo impide, por lo que el departamento de Servicios Sociales de Picassent le concedió un informe que acreditaba su vulnerabilidad. Dicho documento expiró, y el joven estaba tramitando la renovación. Pero la propiedad no quiso esperar y finalmente ordenó el lanzamiento que fue paralizado en febrero del 2023, dejando en la calle a este padre de familia.

Un desalojo con mucha tensión

Durante el desahucio Óscar estuvo acompañado por miembros de la Plataforma de Afectados de la Hipoteca (PAH) de València, y por dos voluntarios de Psicólogos Sin Fronteras, quienes apoyaron al afectado en estos duros momentos. De hecho, la noche anterior tuvo que ser trasladado al ambulatorio tras sufrir una crisis de ansiedad.

Tras un desalojo en el que se produjeron algunos momentos de tensión, Óscar agradeció «la paciencia» que mostraron los agentes de la Guardia Civil que supervisaron el operativo, de quienes destacó que hicieron una actuación «muy correcta». «Menos correcta ha sido la actuación de quienes deberían de haber actuado», lamentó señalando al juez que dio luz verde al lanzamiento «sin querer valorar los informes que llevo arrastrando de Servicios Sociales que acreditan que soy vulnerable».

"Espero que tu hijo nunca se encuentre en esta situación"

En este sentido, se mostró sorprendido al ver que la justicia «no ha querido interpretar ni valorar ningún documento a pesar de que me ampara un escudo social», y lanzó un mensaje al magistrado que autorizó el desalojo: «Espero que su hijo nunca se encuentre en mi misma situación y que ningún juez lo pueda tirar a la calle como un perro, como me ha tirado él a mí».

Suscríbete para seguir leyendo