Más de dos décadas soñando con un tren soterrado en Burjassot-Godella

El proyecto para mejorar el trazado ferroviario en la Ciudad de los Silos nació en 2002 y se publicitó en 2003 dentro del Plan de Infraestructuras Estratégicas de la Generalitat en manos del PP que ahora retoma la propuesta

Las obras de soterramiento de la primera fase se retomaron en 2021 tras una década paralizadas.

Las obras de soterramiento de la primera fase se retomaron en 2021 tras una década paralizadas. / A.B.

El conseller de Infraestructuras Vicente Martínez Mus anunció este jueves que retomaría el proyecto de soterramiento de las vías del metro en Burjassot-Godella. Un verbo, retomar, no elegido al azar, ya que fue su mismo partido, el PP, al frente de la Generalitat Valenciana en 2002, la que realizó el proyecto que publicitó en 2003 con el epígrafe «Supresión de pasos a nivel en el término municipal de Burjassot», esto es, desde la estación de Empalme, dentro del Plan de Infraestructuras Estratégicas del ente autonómico.

Veintidós años después, la misma conselleria de Infraestructuras ahora con otro titular pero del mismo partido, anuncia de nueva un proyecto que ya se debería haber ejecutado pero que ha pasado por diversas vicisitudes.

Las obras de soterramiento arrancaron en 2007 en el Empalme, en la llamada primera fase. Previamente fue necesario eliminar el paso a nivel al tránsito en la calle Valencia, obligando a los vehículos procedentes de la capital a bordear el barrio para acceder al núcleo urbano, y lo mismo sucede con los que van a València. Tras la construcción del túnel, en 2010, las obras se paralizaron. Para ese año estaba prevista la finalización de la infraestructura en su primera fase; sin embargo, quedó por ejecutar la conexión de las vías de superficie con las del subterráneo, obra presupuestada con 5 millones de euros. La ya ejecutada había costado 16 millones. Precisamente fue la falta de fondos lo que adujo la conselleria de Infraestructuras para paralizarla sobras, dejando al barrio del Empalme aislado del núcleo urbano de Burjassot.

Protesta vecinalapoyado por el alcalde Rafa García cortando el paso a nivel de Burjassot-Godella.

Protesta vecinalapoyado por el alcalde Rafa García cortando el paso a nivel de Burjassot-Godella. / Vicent Ruiz Sancho

El cambio de signo político en el Consell a partir de 2015 (PSOE, Compromís y Podemos), afín al de Burjassot ya dirigido por el actual alcalde socialista Rafa G arcía, hizo albergar esperanzas para desbloquear la enquistada situación de las obras soterramiento. De hecho, durante la campaña electoral, el entonces presidenciable Ximo Puig declaró en un mitin, refiriéndose a infraestructuras pendientes de ejecutar, que «Burjassot no es una ciudad de paso, sino parada y fonda» y expresó su compromiso para llevarlas a cabo en caso de gobernar. Mismo compromiso que hizo Carlos Mazón en la campaña electoral de 2023.

Sin embargo, la reanudación de las obras en el Empalme aún habría de esperar varios años. En mayo de 2019, el alcalde de Burjassot, Rafa García, recibió en el área de trabajo a representantes de FGV y de las empresas adjudicatarias. Delimitaron la zona de actuación y colocaron carteles. El proyecto estaba en marcha, pero no empezaría a materializarse hasta enero de 2021. Fue el 13 de septiembre de ese año cuando una década después se restableció el servicio ferroviario entre las estaciones de la línea 1 Empalme y Burjassot, ya con el túnel finalizado en 2010. Finalizada la Fase 1, la lucha se centra ahora en la Fase 2.

Una muerte, y varios cortes de vía

La paralización de las obras generó un movimiento vecinal sobre todo ante el aislamiento que sufrían por las vías del tren. Las acciones de protesta, que contaron con el apoyo y participación de los distintos gobiernos municipales, se sucedieron de manera constante hasta 2015. Así, en 2013, la Federación de Asociaciones de Vecinos convocó manifestaciones el segundo miércoles de cada mes en la estación del Empalme.

Al año siguiente, en agosto, se cortó de forma simbólica el paso a nivel de la estación Burjassot-Godella, no solo para reclamar el soterramiento del metro, sino también un nuevo colector que evitara las periódicas inundaciones en la zona.

Y también se cortó otro paso a nivel, el de Lauri Volpi, pero en protesta por un arrollamiento mortal que se produjo en 2016, y que evidenció los problemas de seguridad, además del resto de molestias, que causaba la presencia de estos pasos.

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