Las dos realidades de Benetússer

Mientras que la zona centro ya cobra vida, la calle Navarro Soler y alrededores sigue destrozada

Dos calles de Benetússer, una aún muy dañada y la otra ya operativa.

Dos calles de Benetússer, una aún muy dañada y la otra ya operativa. / P.O.

Pilar Olaya

Pilar Olaya

Veinte días después de aquel fatídico 29 de octubre donde el desbordamiento del barranco del Poyo devastó Benetússer, la imagen que ofrece la ciudades representa dos realidades muy distintas.

El centro de la localidad, tomando como punto neurálgico la plaza donde está la casa consistorial ya ha cobrado vida. La mítica plaza peatonal donde cada Viernes Santo se representa el Juicio de Pilato a Jesús permanece limpia de lodo, igual que sus calles anexas también peatonales, dejando ver la losa decorativa. Por sus calles, ya se ve a gente con carros de compra, paseando al perro y lo que ya es un síntoma casi de normalidad, sentados en las terrazas de los bares tomando su cerveza o café y comentando, como no puede ser menos, todo lo sucedido en estos días en los que todo parece de película.

Solo la presencia de los camiones de la UME y algún comercio que sigue sacando trastos rompen ese aura de normalidad, que no es tal, pues aún queda mucho por hacer y muchos dramas personales.

Trabajos en la calle Navarro Soler de Benetússer.

Pilar Olaya

Sin embargo, tan solo hace falta caminar unos metros, para que un par de calles más adelante, ese paraje idílico vuelva a convertirse en una pesadilla. En la calle Doctor Vicente Navarro Soler, la calle l'Horta y alrededores, el barro sigue cubriendo la calzada, pese a los intentos de los tractores pala en retirarlas. El estado de los comercios y las plantas bajas es desolador. Las persianas rotas y abombadas, paredes con boquetes, todos los escaparates destrozados, incluso algunos locales aún tienen motos o contenedores dentro que fueron arrastrados por la corriente. La gente sigue trabajando a destajo intentando limpiar, y aunque menos, se ven a grupos de voluntarios con sus rastrillos.

Allí también está el colegio del Socorro, el más afectado, que en lugar de padres esperando a la puerta al alumnado tienen a bomberos con camiones cuba sacando agua y máquinas quitando lodo y enseres y evidenciando que aún queda mucho trabajo para reconstruir Benetússer, aunque al menos ya se ha iniciado.

Tracking Pixel Contents