El difícil regreso de los mercados ambulantes en Alfafar

El anuncio del Ayuntamiento de Alfafar de que este martes ya regresaban los mercados ambulantes, aunque restringido a los puestos de alimentación, daba esperanzas de una vuelta a la normalidad más próxima. Nada más lejos de la realidad.

Cada martes y viernes, en la era pre-dana, Alfafar contaba con dos mercadillos, el de la plaza del Ayuntamiento y el del Barrio Orba, un espacio lleno de vida, donde paradistas y clientes no solo compraban y vendían, sino que era un lugar de encuentro.

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Opinión TribunaSergio Villanueva

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Nada de eso se veía este martes por la mañana en Alfafar. En la Plaza del Ayuntamiento solo había dos paradas, una de alimentación, y otra de zapatillas y manteles. "Tengo un conflicto interno. Sé que hay muchos que lo han perdido todo y no peden venir a vender y montar sus paradas, pero es que yo necesito pagar las facturas, llevo tres semanas parado porque también se ha suspendido los mercados en otros pueblos", explica este paradista, que afirma que tiene un hijo viviendo Alfafar que ha sufrido los efectos de la dana y también necesita de su ayuda.

En el barrio Orba, hay una docena de puestos, apenas un 20% de lo habitual, todos de alimentación, sobre todo de frutas y verduras. Carmen y Rafa tienen uno de ellos. En su parada se pueden ver tomates, judías, lechugas, plátanos, manzanas, mangos, de gran calidad, "pero llevamos una hora y no hemos vendido nada". "Es que tengo de todo en casa de lo que están dando los voluntarios", le contesta una clienta que se ha acercado, y afirma que ella es celiaca y no ha podido beneficiarse de mucha comida donada. Aún así, "botes de comida preparada tengo para meses y mi marido cada vez que sale sube con algo, hoy con una docena de huevos", explica, mientras que en la acera de enfrente, hay una asociación repartiendo productos de primera necesidad. "Es normal que si están repartiendo comida de forma solidaria, la gente no quiera gastar dinero y comprar", explica Rafa, quien como autónomo está sufriendo también los efectos de la dana. "Nosotros como no vivimos aquí parece que no somos afectados, pero nadie piensa en los daños colaterales", lamenta.

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Problemas de distribución

Maria Ángeles y Silvia tiene una parada de especias y productos de herbolario. "Nosotras al llevar un producto más específico, no notamos tanto los efectos de la comida solidaria. Hoy ha venido un hombre mayor muy contento porque iba a poder comprar pimentón, asegura que él le echa a toda la comida", señala Maria Ángeles.

Silvia, afirma, que han estado tres semanas sin vender aunque acuden a mercados no afectados, "porque hemos tenido problemas con los distribuidores. Algunos han perdido sus almacenes y otros no querían desplazarse por los problemas de movilidad que había", explica. Confían en que la situación mejore. "Hoy era el primer día, pero el viernes parece que ya van a dar permiso a los puestos de ropa, no solo de alimentación, a ver si así hay más vida", esperan.

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