"He perdido hasta el piano que acompañó a Bruno Lomas y Antonio Machín"

El empresario Paco Valencia, de un polígono de Quart, relata que un tsunami proveniente del barranc del Possalet inundó las empresas hasta 2 metros de altura

Las industrias de la zona industrial han sufrido daños millonarios en maquinaria, stock e instalaciones

El empresario Paco Valencia simula que toca el valioso piano Hammond.

El empresario Paco Valencia simula que toca el valioso piano Hammond. / J.M.V.

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

"El polígono Invasa de Quart de Poblet se convirtió en un mar con un metro de agua y las inundaciones llegaron a dos metros dentro de las naves industriales. Dentro de nuestra empresa teníamos un árbol arrastrado por la riada". El empresario Paco Valencia, de la firma familiar Franval, relata con estas palabras cómo fue el tsunami que asoló la mayor parte de las empresas de esta zona industrial cercana a la A3 y situada a la otra parte de Bonaire.

Esta empresa se dedica a fabricar y distribuir aparatos de electrónica, y al alquiler de toda clase de equipamientos, instrumentos musicales, focos de iluminación, equipos de sonido y altavoces, y componentes para eventos musicales, fallas, salones de banquetes o instituciones. Además una parte fuerte de su negocio es la instalación de medidores de sonido para carpas falleras o eventos como el Maratón de València; y la reparación de equipos de todas estas actividades.

"Hemos sacado tres contenedores de stock y material destrozados"

El resultado es que tras desbordarse el barranc del Possalet lo han perdido todo. "Hemos sacado tres contenedores de material dañado por las inundaciones y el barro. Además, estamos pendientes de la peritación del seguro para valorar los daños en el stock, porque hemos sufrido graves daños en la puerta, en el taller y en la oficina", señala este empresario. Se van a cumplir más de un mes de la dana, y por fin, este lunes 2 de diciembre, apareció un camión y una excavadora, además de una brigada de la Generalitat para empezar a retirar todo lo destrozado por la riada: enseres, residuos, palets y mobiliario.

"Todas las empresas de la zona hemos salido adelante con nuestros propios recursos. Aquí no ha venido nadie del ayuntamiento ni tampoco de la Generalitat. Solo estuvieron militares buscando en una campa cercana por si había cuerpos. Mi hermano y yo hemos estado días y días limpiando y sacando materiales destrozados por la riada. Un día vinieron 10 amigos a ayudarnos. Y otro día vino otro señor con un tractor que colocó delante un rodillo grande y que estuvo empujando hacia fuera el barro una y otra vez", señala.

"Ahora nuestra nave industrial está bien comparada con los primeros días". El "está bien" se refiere a que se puede andar por la nave almacén pero todo está estropeado y lleno de barro. No se ha salvado nada, ni siquiera lo que había en las estanterías de arriba. Por ejemplo, "se han perdido una pequeña torre de focos de iluminación, un bloque de tambores, infinidad de pequeños componentes electrónicos y eléctricos, las puertas, los tabiques de pladur de separación, el mobiliario, el techo de madera del taller, todo se lo llevó la tromba del agua", comenta. Afortundamente, el día siguiente a la dana, "con un metro de agua por la cintura, en todo el polígono, logré entrar en la nave y rescaté el ordenador portátil donde tenemos la contabilidad".

Componentes electrónicos han quedado inutilizados.

Componentes electrónicos han quedado inutilizados. / J.M.V.

También una joya musical, un piano comprado en 1974 por su padre, el fundador de la empresa, que ya entonces costaba más de 400.000 pesetas, dinero con el que entonces se podían comprar 4 pìsos. "Antonio Machín, Bruno Lomas y otras figuras de la historia de la música reciente actuaron con este piano", cuenta Paco Valencia.

El instrumento ha acompañado a Camilo Sesto, Juan Pardo, Los Módulos, Rocío Jurado y multitud de artistas y bandas de los años 70. «Este piano tenía un gran valor sentimental para nosotros. Hoy su precio sería incalculable», relata desolado.

Hay daños millonarios en toda esta zona industrial

Este polígono sufrió daños millonarios durante la dana del pasado 29 de octubre. Ha pasado más de un mes y esta zona industrial sigue muy dañada. Los viales están transitables pero llenos de polvo y lodos. Además en la puerta de las empresas hay montones de residuos, enseres, mobiliario y otros materiales sacados por los industriales y que han sido destrozados por la riada. En un campo de algarrobos, que antes estaba perfectamente mantenido, ahora hay una gran cantidad de palets y escombros abandonados. Hay un poste eléctrico caído,, que va a ser restituido; y también farolas y demás desperfectos.

Una excavadora recoge rediduos para cargarlos en un camión.

Una excavadora recoge rediduos para cargarlos en un camión. / J.M.V.

La Generalitat envió el lunes 2 de diciembre un equipo con un camión y una excavadora para empezar a retirar los montones de residuos acumulados en la puerta de las empresas. Por primera vez, después de un mes de la dana llegó al polígono la primera ayuda de las instituciones. Además, una agente de proximidad preguntó a los industriales por sus necesidades y demandas.

Sofás y otros enseres esperan a ser retirados junto a un contenedor de obras.

Sofás y otros enseres esperan a ser retirados junto a un contenedor de obras. / J.M.V.

En la Calle de la Pinadeta y en el carrer Sèquia de Tormos hay varias naves y oficinas muy afectadas, incluso destruidas en parte por la barrancada. Literalmente hay compañías que han visto cómo se derrumbaban muros y paredes. Las firmas con más músculo financiero han empezado a reconstruir instalaciones. Una de ellas, está levantando un muro de hormigón con 30 centímetros de grosor en prevención de futuras avenidas e inundaciones. Otras empresas no tienen tantos recursos, y literalmente, solo les quedan cuatro paredes. En espacios comunes del polígono hay farolas caídas e incluso una gran cabina de un tráiler, huérfana de su cabeza tractora.

Escombros y residuos acumulados en un campo del polígono Invasa.

Escombros y residuos acumulados en un campo del polígono Invasa. / J.M.V.

Robos al otro lado de la A3

Los días siguientes a la dana fueron terribles. El paisaje de estos polígonos cercanos a la A3 era desolador. «Como un escenario bélico con una laguna que anegaba todo», lamenta este empresario. Además, «sabemos que hubo robos y actos de pillaje en las empresas de la otra parte de la autovía. Esto durante unos pocos días fue un poco una Ciudad Sin Ley», concluye.

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