"Hacíamos nuestras necesidades en bolsas porque no teníamos agua"
El ayuntamiento de Catarroja instala unos baños químicos frente a unos edificios que han tenido las tuberías rotas en varias ocasiones en los dos últimos meses tras la dana y no podían usar el váter

Paco Calabuig
Una decena de baños químicos, portátiles, típicos de obras y festivales de música, descansan en la calle Filiberto Rodrigo de Catarroja. Una mira alrededor y no ve trabajos de construcción, más bien de limpieza exhaustiva y rehabilitación tras la mayor catástrofe en l'Horta Sud. Esta calle es cercana a la avenida Rambleta, por la que baja de forma natural el barranco del Poio que se desbordó el 29 de octubre y es, también, una de la zonas más afectadas del municipio.
En Filiberto Rodrigo vive mucha gente. Frente a los sanitarios portátiles hay un complejo residencial de siete edificios que dan a un patio común con una piscina ahora vacía de lodo. Allí hay 92 apartamentos y residen, más o menos, unas 400 personas. Los baños químicos están allí por los continuos cortes de agua y la rotura de las tuberías bajantes que afecta a todas estas viviendas y que imposibilitan a los residentes poder hacer uso de sus váteres particulares. Así lo señalan los vecinos y las vecinas.

Baños portátiles ante una finca al estar averiadas las tuberías / Francisco Calabuig
Sofía, una vecina con la que contacta este diario en un primer momento, apunta que tras la riada algunas tuberías se rompieron, pero un fontanero de la comunidad las arregló. Sin embargo, al entrar a realizar trabajos en los garajes y vaciarlos de lodo, muy tarde en su opinión, el trajín de máquinas y personas deterioraban las cañerías "diariamente". "No tenían ningún cuidado y cada día se rompían las bajantes y teníamos que arreglarlas, ya llevamos 20.000 euros en derramas solo de esto. Es un sinvivir", comenta la vecina.
"Pedimos al ayuntamiento una solución a los cortes de agua"
Tanto es así que diariamente se quedaban sin agua y no podían utilizar el váter de sus casas. Lo confirma David, el presidente de la comunidad. "Se rompían las tuberías cuando hacían trabajos en los garajes y también hay cortes de agua puntuales mientras se manipulan ciertas instalaciones, esto hace que más de noventa casas estén sin agua (no de manera continua pero sí reiterada), así que pedimos al ayuntamiento que nos diera una solución aunque fuera momentánea".

Tuberías reparadas por los vecinos en el sótano tras quedar dañadas por los trabajos, según cuentan los vecinos. / Francisco Calabuig
El consistorio confirma que colocó una decena de baños portátiles en esta calle por petición de los vecinos y para dar un servicio de urgencia a la finca y también para dar servicio a los efectivos de cuerpos de emergencia que trabajan a diario en Catarroja. Por esta segunda razón, de la misma manera que en Filiberto Rodrigo, también hay otros sanitarios portátiles en otros puntos del pueblo. El problema no es continuo, sino intermitente.

Paco Calabuig
"Yo no bajaba al váter químico, los primeros días hacíamos nuestras necesidades en bolsas y las tirábamos a la basura", explican algunas vecinas. Ahora usan sus propios lavabos, pero aseguran que por este y otros tantísimos problemas que tienen desde la riada, "muchos vecinos se han ido de su casa y están viviendo en segundas residencias".

Detalle de las tuberías rotas del garaje del edificio de Catarroja. / Francisco Calabuig
Una lista interminable de derramas
Al tema del agua, se suma la cantidad ingente de derramas que acumula el complejo, "este es el que peor está y al último que han venido a ayudar", lamenta Sofía. El garaje es muy grande y sobre él cayeron los suelos de dos plantas bajas que albergaban comercios locales como un bazar o una zapatería. "Como no vinieron, el peso del lodo hizo que cediera el suelo y nos ha costado 34.000 euros derruir dos bajos a toda la comunidad", completa David.

Los dos comercios que han tenido que derribar una empresa contratada por los vecinos tras caer el suelo sobre el garaje, desde donde se ha tomado la foto. / Francisco Calabuig
"Ya acumulamos 1,5 millones en presupuestos de derramas"
La imagen impacta pues desde el sótano puedes ver lo que antes del 29 de octubre eran estanterías con productos de venta. "Ya acumulamos 1,5 millones de euros solo en presupuestos para reparar la comunidad", dice el presidente de los propietarios de estos edificios. "No sabemos por dónde tirar, porque todo cuesta mucho tiempo, esfuerzo y dinero", lamenta.
De hecho, señala que le llaman vecinos y vecinas "desesperados" porque "han perdido su trabajo o su medio de trabajo y no pueden pagar las derramas". "Nos hemos sentido muy solos. Mucha gente se ha ido de su casa porque hasta que no pasaron dos meses aquí no vino nadie a limpiar y todo lo que ves nos lo hemos currado los vecinos y los voluntarios, que si no es por ellos, nos morimos", concluye, por su parte, Sofía, una vecina.

Un bazar en una planta baja que perdió el suelo, en una foto tomada desde el sótano. / Francisco Calabuig
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