Fotos
Salvar la memoria capturada del fango
Un experimentado fotógrafo asturiano, José Ferrero, participa como voluntarios en las labores de conservación de las fotografías rescatadas de la dana en el proyecto "Salvem les fotos" en el Museu Comarcal de l'Horta Sud

Violeta Peraita

Un recuerdo del viaje a Carcassonne en 2015; la celebración de la comunión de una niña mellada; las fotos del embarazo de una pareja joven o el retrato de un matrimonio, quizás lo único que conservan los hijos de sus padres fallecidos; el trineo en aquella excursión a la nieve o la primera vez que una madre cambiaba el pañal a su recién nacido. Son momentos capturados de una vida, la de muchas personas de l'Horta Sud, que quedaron bajo el fango tras la dana y que están visiblemente dañados.
Salvar las imágenes de vida de cientos de familias de l'Horta Sud del barro es el objetivo del proyecto "Salvem les fotos", impulsado por las cinco universidades públicas valencianas (Universitat de València, Universitat Politècnica de València, Universitat Jaume I de Castelló, Universitat d’Alacant y Universitat Miguel Hernández d’Elx), el L’ETNO (Diputación de Valencia), el Museu Comarcal de l'Horta Sud y el GE-IIC, con la colaboración de la Mancomunitat de l'Horta Sud, entre otras entidades y que se desarrolla en varios laboratorios, uno de ellos en el Museu Comarcal de l'Horta Sud, en Torrent.
Allí, especialistas y voluntarios trabajan con cuidado, con mimo y mucho respeto la recuperación de los momentos de vida de otras personas que llevaron sus recuerdos heridos para proceder a su conservación, que no su restauración.

José y Clara con las fotografías secas en el Museu Comarcal de l'Horta Sud. / V.P.
Así lo precisa José Ferrero, un fotógrafo asturiano con un largo recorrido profesional que le convierte en experto. Jubilado y que vive a caballo entre Asturias y la Pobla de Farnals, la tragedia le pilló fuera pero al volver supo que algo tenía que hacer. Desde que se inició el proyecto fotográfico se volcó en él y es uno de los corazones del laboratorio de Torrent, junto a Clara, la directora del museo comarcal y Rosina, la conservadora fotográfica experta en el asunto y coordinadora de este punto. José Ferrero acude cada mañana acude a su puesto de trabajo voluntario donde se recogen, se limpian, se secan y se digitalizan las fotografías que los afectados han entregado al proyecto para salvarlas.
"Estas fotos tienen ahora valor histórico"
En el primer piso del museo trabajan desde primera hora él y Clara Pérez, la directora del complejo patrimonial comarcal. Explican que el proceso es largo y requiere paciencia. "La fotografía no se restaura, se conserva, porque se trata que el deterioro no vaya a más. No se puede reponer la imagen que se ha perdido, pero estas fotos ahora tienen un valor increíble, han sobrevivido a una dana y son el reflejo de lo que ha pasado", explica Ferrero. "La historia que tiene esta imagen no la tiene una impecable, el drama le da un valor histórico. Estas fotos tienen una historia que contar", completa.
"De pronto hay una imagen de una niña en su primera comunión y luego la ves casada y con hijos. La vida de la gente está en las fotografías que guarda en casa", explican. La memoria de muchas familias es, también, la memoria de toda una comunidad.
"De pronto hay una imagen de una niña en su primera comunión y luego la ves casada y con hijos. La vida de la gente está en las fotografías que guarda en casa"
Al principio la gente no pensó en esto y hubo quien incluso buscó sus fotos una vez abandonadas en montones de escombros llenos de barro. Hay familias que acudieron al laboratorio hasta con 40 bolsas de basura llenas de fango. Algunos trataron de sacar las imágenes del plástico que las envuelve, llevándose por delante la 'emulsión', la imagen en sí que descansa en el papel. Otros, ni siquiera abrieron los álbumes, totalmente llenos de barro y húmedos.
El peligro de la humedad y el lodo
"Daba miedo abrirlo porque el barro ya era negro. Trabajamos con guantes y mascarilla porque esos lodos pueden tener de todo. El olor es fuerte porque la gente metió los recuerdos en bolsas y se dedicó a recuperar lo básico de la vida, como es normal. Ahora hay fotos con hongos".
El proceso es de limpieza, secado (con mucho cuidado) y de digitalización con la parte 'salvada' de la captura. "Las fotos lo cuentan todo y para nosotros es muy gratificante poder recuperar aunque sea una parte. Cada foto que se salva es un triunfo, pero no nuestro, sino de la foto en sí, porque ha logrado sobrevivir a más de un mes de agua y barro", comentan.

Una imagen rescatada del fango. / V.P.
En la planta subterránea del museo está Rosina Herrera, restauradora especializada en fotografía del Grupo Español del International Institute for Conservation (GE-IIC) y voluntaria en esta iniciativa. En el museo hay fotografías de 284 familias. Lo cuenta y señala las cajas. "Cada familia tiene un número, pero igual hay familias con cinco cajas llenas de fotografías", apunta. Alrededor de ella, que va con mascarilla, hay muchísimas imágenes colgadas de pinzas de tender. Se secan poco a poco. A partir de marzo, cuenta, comenzarán a limpiarlas por segunda vez y en profundidad.

Fotografías rescatadas del barro. / V.P.
El momento más esperado por los voluntarios es la entrega de las fotos a las familias. Un momento que será, preven, muy gratificante. Por contra, tratan de no crear muchas expectativas en las familias, pues recuperar las imágenes es complicado. "Conservarlas si, restaurarlas no es posible. Lo que se ha dañado se quedará así, lo que hemos podido hacer es conservar lo que queda. Que también tiene mucho valor", apunta el fotógrafo asturiano.
Llamamiento a voluntarios y voluntarias
Todos hacen un llamamiento para voluntarios que quieran participar. Necesitan manos para secar y limpiar las cientos de imágenes que todavía tienen barro. Es un proceso en el que se puede implicar cualquiera que quiera. Eso sí, las labores se realizan, al menos en Torrent, por la mañana, pues en el museo no tienen más personal para poder alargar las jornadas.
El presidente de la Mancomunitat de l'Horta Sud, José Francisco Cabanes, ha dicho que "el proyecto ‘Salvem les Fotos’ es imprescindible para rescatar una cosa tan importante como son nuestros recuerdos. Las fotos en papel recogen momentos de nuestra vida que hemos querido preservar y nos gusta revivir en ocasiones. Y a muchas familias, solo les quedan las fotos después de la dana". Por eso, ha agradecido a las universidades y al resto de instituciones vinculadas al proyecto y que lo impulsan, pero también al voluntariado que acude cada día, "como es el caso del reconocido fotógrafo asturiano José Ferrero, que trabaja rescatando fotos en el Museu Comarcal de l’Horta Sud, un ejemplo de altruismo y de apoyo que valoramos mucho".
- Consulta el listado con todos los premios de las fallas 2025
- El caos de la mascletà y el insoportable tufo a fritanga
- ¿La Falla municipal? Parece del 2009
- Nueve fallas se disputan el triunfo en una lucha que se presume dramática
- Decenas de llamadas al 112 por el colapso para salir de la mascletà
- Convento logra un póker histórico
- Convento Jerusalén se hace con el primer premio de Especial en la categoría infantil
- Atascos, pasos peatonales bloqueados, metro saturado y calles a tope con el centro a rebosar en pleno sábado de fallas