Un vecino de Alfafar baja por primera vez de casa tras cuatro meses de la dana: "Se le saltaban las lágrimas"

José Luis, de 71 años, no había podido salir a la calle por la avería del ascensor desde el 29 de octubre, pero lo consiguió ayer con la ayuda de un equipo de Cruz Roja

Su mujer, María José, relata la emoción vivida al reencontrarse con vecinos y ser consciente de cómo ha quedado el barrio

José Luis sale por primera vez a la calle tras cuatro meses de la dana, al tener el ascensor averiado.

José Luis sale por primera vez a la calle tras cuatro meses de la dana, al tener el ascensor averiado. / Toni Tomás

Violeta Peraita

Violeta Peraita

Alfafar

Fue taxista y estaba acostumbrado a hablar con mucha gente. José Luis es muy querido en el barrio, conoce a muchos excompañeros de profesión y al farmacéutico, al de la tienda, a quien siempre se suele sentar en el mismo banco o quien se toma el café en el bar cercano a su casa diariamente. Desde hacía cuatro meses el vecino del barrio de Orba de Alfafar, que vive en cuarto piso, no había podido salir a la calle porque la dana averió el ascensor y también su autonomía para moverse. A sus 71 años, la quimioterapia y una operación exitosa le curó de un cáncer de pulmón que le dejó hecho polvo; es diabético y la movilidad física que tiene es reducida.

El 29 de octubre, además de ser una fecha que se quedará marcada para siempre en la memoria del pueblo valenciano, es también el último día que el hombre pudo salir a la calle. Desde entonces, con el patio del edificio destrozado y el ascensor averiado, únicamente había bajado con ayuda de los servicios médicos para trasladarse al hospital en ambulancia. Hasta hoy, cuando un equipo de Cruz Roja ha acudido para bajarle con una silla especial. Una operación que harán cada semana y una ayuda que ha llegado tras acudir su familia a los Servicios Sociales.

Un equipo de Cruz Roja baja al vecino desde el cuarto piso con una silla especial.

Un equipo de Cruz Roja baja al vecino desde el cuarto piso con una silla especial. / Toni Tomás

Úlceras por no salir de casa

"Ha sido un día de muchas emociones, estaba muy emocionado", adelante Maria José, su mujer, su compañera. Al saludar a vecinos y a conocidos, José Luis no podía evitar emocionarse: "Se le saltaban las lágrimas", detalla Maria José. "José Luis era medio dependiente pero ahora es dependiente. A costa de no poder bajar de casa, se le han hecho úlceras en las piernas, está bajo de ánimos. Antes lo sacaba a la calle todos los días pero pasó esto (en referencia a la dana) y no pudimos bajar más, cada vez tenía más dificultades para moverse porque no caminaba", explica.

Tampoco había visto a sus vecinos, ni cómo había quedado el barrio, ni el patio de la finca tras la catástrofe. "Ha quedado asombrado del destrozo que ha provocado la dana", detalla Maria José. "Cada vez que un vecino se le acercaba a saludarle, lloraba y lloraba, ha sido muy emocionante".

José Luis baja a la calle por primera vez en cuatro meses.

José Luis baja a la calle por primera vez en cuatro meses. / Toni Tomás

José Luis camina con taca taca, ha dejado arriba las muletas que utiliza para moverse por su casa. Su mujer explica que no es lo mismo que te cuenten cómo está tu barrio a verlo y eso es lo que le ha pasado hoy, cuatro meses después de la catástrofe a este hombre que permanecía en casa encerrado por la avería del ascensor. "Hoy hemos vuelto a nuestra rutina, hemos visto a la gente y nos hemos enterado que algunos vecinos ya no están entre nosotros". Lo que más le ha sorprendido es que "ha desaparecido casi todo el comercio del barrio". La farmacia no. "Hemos ido a ver al farmacéutico, que preguntaba por nosotros", explica la pareja.

Un problema grave con los ascensores

El problema que hay con la cantidad de ascensores que se rompieron en la barrancada es importante. Como José Luis, muchas personas están en una situación de confinamiento involuntario pues el elevador permite subir y bajar a cientos de personas mayores o con discapacidad física, entre otras situaciones. A esta pareja les han dicho que por lo menos estarán cinco meses más sin este recurso, lo que limita, y mucho, la independencia de las personas y la calidad de vida diaria.

"De verdad que no sabemos lo importante que es tener ascensor, que te da autonomía y te da vida. José Luis hoy ha vivido una hazaña para él. De estar todo el día sentado a salir, es un cambio enorme físicamente pero también emocionalmente", añade la mujer. Ayer Cruz Roja les llamó y les comunicó que este viernes saldrían a la calle. José Luis estaba muy emocionado pero también nervioso por saber si podría volver a caminar (lo ha conseguido) pero también por ver cómo estaba su pueblo, Alfafar, después de la barrancada. "El barrio lo ha echado de menos y él también al barrio".

Mil asistencias por semana de Cruz Roja

Desde aquel día y hasta ahora, siempre en coordinación con las autoridades estatales, autonómicas, provinciales y locales, los equipos de respuesta en emergencia de Cruz Roja Española han realizado más de 288.000 asistencias a personas afectadas por la dana. 

José Luis baja por primera vez al patio de su edificio desde la dana.

José Luis baja por primera vez al patio de su edificio desde la dana. / Toni Tomás

Ello ha sido posible gracias a la movilización de 213 equipos de respuesta en emergencias, un total de 8.479 personas entre técnicas y voluntarias de Cruz Roja llegadas desde todos los puntos del país, y que en rotación, han acudido desde sus lugares de origen para ofrecer ayuda a la población damnificada en Valencia, fuera cual fuera su grado de pérdida material y habitacional.

A día de hoy Cruz Roja está realizando alrededor de 150 asistencias diarias, unas 1.050 semanales, atendiendo a las víctimas en todo aquello que apoye su recuperación, tanto desde su base y centro logístico en Pinedo como desde la red de asambleas locales y comarcales en la zona, en la que varias de ellas resultaron seriamente afectadas y desde donde el personal técnico y voluntario atiende y canaliza las demandas que reciben a diario.

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