Ramón Marí, alcalde 20 años de Albal, anuncia su adiós

"Gracias por dejarme hacer de mi pueblo un lugar mejor, y de luchar por la corrupción, la trata y la violencia de género", se despidió

Ramón Marí dice adiós a a política.

Ramón Marí dice adiós a a política. / L-EMV

Pilar Olaya

Pilar Olaya

El pleno de Albal de este 27 de febrero de 2025 fue el último de Ramón Marí. Lleva 33 años yendo, 20 de ellos como alcalde por el PSPV. En las últimas elecciones , las de 2023, volvió a ganar pero no con los votos suficientes para ocupar la alcaldía, que cayó en manos del PP asociados con Avant Albal y Vox. Tras muchos rumores de su marcha, él en más de una ocasión había dicho que se iría después de conseguir que el tren parara en la estación de Albal, esa por la que tanto peleó y que ya llevó en su programa electoral cuando se presentó por primera vez hace más de 30 años. El tren paró este pasado 11 de febrero y en el siguiente pleno, el de esta noche, ha cumplido su promesa.

Por deferencia y respeto, todos sus compañeros de la corporación municipal le dejaron intervenir en último lugar. Marín, se despidió emocionado: "Después de haber dedicado más de la mitad de mi vida al ayuntamiento, haciendo política de la buena, de la de principios, es hora de pensar en viajes, cabezaditas largas, almuerzos y sobre todo de demostrar a mi familia que les quiero y explicarles mis ausencias en desayunos, comidas y cenas. Después de 33 años dedicado en cuerpo y alma a hacer con la política un Albal mejor, pero tras 20 años como alcalde, llegó el momento de decir hasta siempre y gracias a los vecinos que en 5 legislaturas me dieron su confianza para transformar un pueblo pequeño en grande, de 12.000 habitantes en 2003 a 17.000 ahora", empezó a decir Marí.

El socialista también tuvo palabras de agradecimiento a su partido político, "que me dejó cumplir el sueño de formar parte de la historia de Albal, y de apoyarme para perseguir la corrupción, la trata y la violencia de género".

El exacalde pasó a relatar algunos de sus logros como la creación de zonas verdes, de ampliar las aceras y hacer un pueblo más accesible, del cambio del PGOU, de la transformación del polideportivo, de establecer la deuda cero en las cuentas municipales y sobre todo de conseguir la estación de Albal, aunque recriminó a la oposición su falta de apoyo "aunque ahora en el gobierno presumen de ello".

Después de algún que otro mensaje al siempre llamado por el "gobierno de la connivencia", el que fuera alcalde 20 años se despidió diciendo que " Ramón Marí Vila pasa a ser un vecino más, de estas calles de un pueblo que estimo, y aunque cuelgue las botas me las podré de nuevo para ayudar a mis compañeros en la próxima campaña electoral . Mi adiós coincide con la parada del primer tren de Albal, era mi proyecto desde la primera vez que me presenté y ahora era momento de decir adiós. Gracias y hasta siempre", concluyó recibiendo una gran ovación de todo el pleno.

Aplausos a Ramón Marí en su despedida en el pleno.

Aplausos a Ramón Marí en su despedida en el pleno. / L-EMV

Destapó el caso Emarsa

Marí no solo pasará a la historia por su actividad política. No solo ha sido el gran artífice de que Albal tuviera su estación ferroviaria, sino que trascendió las fronteras tras ser el primer alcalde que aprobó una ordenanza en la que por primera vez se sancionaba y perseguía a los puteros y no a las mujeres prostituidas. Un decisión que tomó después de sufrir hasta dos asesinatos de mujeres en su término.

Pero sobre todo, a nivel político, quedará para siempre como el alcalde que destapó el caso Emarsa. Mas de 7 años estuvo investigando para destapar el saqueo de la empresa pública Emarsa (Entidad metropolitana de aguas residuales SA) que ascendió a 23,5 millones de euros y qe acabó con 24 condenados. Una denuncia que le supuso una persecución política, pero que ni eso ni sus problemas de salud, con varias intervenciones cardíacas y de vesícula impidieron que se presentara una y otra vez a la alcaldía. Ahora, a su casi 71 años, ha decidido ya dejar la política con a conciencia tranquila y todos los deberes hechos.

Ramón Mari con sus compañeros en el consistorio.

Ramón Mari con sus compañeros en el consistorio. / L-EMV

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