ESPECIAL VOLUNTARIADO

Gestionar la ayuda: La solidaridad de Paiporta tras la dana

La coordinación del ayuntamiento con el ejército y las oenegés impulsa la recuperación tras la riada con un gran operativo de voluntariado

El Pabellón 51, el gran centro logístico de Paiporta.

El Pabellón 51, el gran centro logístico de Paiporta. / A. P.

Paiporta

Tras el paso de la dana, la localidad de Paiporta ha demostrado una vez más su capacidad de unirse en los momentos más críticos. Gracias a la colaboración de miles de voluntarios, donaciones desinteresadas y una coordinación eficiente entre administraciones y entidades, se ha logrado hacer llegar agua, alimentos y enseres de primera necesidad a la ciudadanía durante los últimos cuatro meses.

El Ayuntamiento de Paiporta organizó un dispositivo de emergencia en colaboración con la Unidad Militar de Emergencias (UME) y las Fuerzas Armadas, contando además con un equipo de trabajadores municipales y una red de voluntariado que ha sido clave en la distribución de ayuda. Los puntos de reparto municipales han estado operativos en todo momento, respaldados por voluntarios que han trabajado incansablemente para garantizar que las familias afectadas recibieran lo necesario para sobrellevar la crisis.

La alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat, ha querido destacar el papel fundamental del voluntariado: «Hemos visto lo mejor de nuestra gente en estos días tan duros. La respuesta solidaria de los vecinos y vecinas y voluntarios y voluntarias de todas partes del mundo ha sido impresionante y ha permitido que la ayuda llegara rápidamente a quienes más lo necesitaban».

Por su parte, Esther Torrijos, concejala de Cultura y responsable del departamento de gestión del voluntariado creado durante la emergencia, ha subrayado el esfuerzo colectivo: «La organización ha sido clave. Cada persona que se ha ofrecido como voluntaria, cada donación recibida y cada gesto de apoyo han marcado la diferencia. Estamos profundamente agradecidos por la solidaridad mostrada».

Un grupo de voluntarios tratan de apartar el barro de una calle de Paiporta, 18 días después de la dana.

Un grupo de voluntarios tratan de apartar el barro de una calle de Paiporta, 18 días después de la dana. / Francisco Calabuig

Uno de los puntos clave en la distribución de ayuda ha sido el llamado Pabellón 51 de Paiporta, la nave Fenicia de uno de los polígonos industriales del muncipio que se ha convertido en un centro logístico vital para la gestión de donaciones. Gracias al convenio de colaboración firmado con la ONG GBGE, se ha logrado coordinar el almacenamiento, clasificación y reparto de alimentos y productos esenciales. La actividad en este espacio es incesante. “Los camiones con donaciones llegan constantemente y un equipo de voluntarios se encarga de preparar lotes para su distribución inmediata con ayuda del voluntariado, las Fuerzas Armadas, la UME y el personal municipal destinado a esta tarea.

Un gran compromiso

El compromiso de la comunidad ha permitido atender las necesidades urgentes y también ha facilitado la gestión de cientos de peticiones de electrodomésticos, muebles y artículos de bebé, que han llegado a Paiporta para su entrega a las familias afectadas. Ahora, con el paso de las semanas, la responsabilidad de continuar con esta labor ha pasado a ser compartida entre el departamento municipal de Servicios Sociales y los diferentes colaboradores del tercer sector y otras entidades privadas, que siguen recibiendo y gestionando donaciones para quienes más lo necesitan.

El Pabellón 51 sigue funcionando y representa el corazón del operativo, donde voluntarios y miembros de GBGE trabajan desde primeras horas del día para garantizar que los recursos lleguen a su destino. La labor de clasificación y distribución es constante, con furgonetas y vehículos saliendo en turnos organizados hacia las zonas con mayores necesidades.

«El camino hacia la recuperación es largo, pero Paiporta ha demostrado que, con unidad y solidaridad, se puede superar cualquier adversidad», afirma la alcaldesa, Maribel Albalat. «La labor de los voluntarios, trabajadores municipales, servicios de emergencia y entidades colaboradoras es un ejemplo de compromiso social, mostrando que la verdadera reconstrucción empieza con la ayuda desinteresada y el apoyo mutuo», concluye.n

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