Carlos Huertas, campeón de España, de Europa, del Mundo y profeta en su tierra
Puçol le rinde homenaje al parakarateka bautizando el nuevo gimnasio del polideportivo con su nombre

Inauguración gimnasio Carlos Huertas en Puçol. / A.P.
Carlos Huertas nació en 1993 y se inició a los 4 años en el karate, con su profesor de toda la vida, Pepe Claramunt. Desde entonces, su currículum no ha parado de crecer: 2 mundiales, 6 nacionales, 8 autonómicos, 6 europeos y 8 Grand Winner. El sábado 1 de marzo, Puçol le rindió un doble homenaje bautizando el nuevo gimnasio del polideportivo con su nombre… el mismo día que arbitraba en la población una competición oficial.
Carlos Huertas se había propuesto finalizar su participación en competiciones el pasado año, para prepararse en sus dos nuevas aspiraciones: ser entrenador de niños y árbitro de competiciones oficiales.
Sin embargo, el mismo tesón que le ha llevado a tener un currículum que lo sitúa entre los 10 mejores parakaratekas del mundo, le ha permitido compaginar las tres actividades: estudiar para árbitro, comenzar a dar clases como entrenador y disfrutar de una última temporada en la que está logrando los trofeos que ya son habituales en su palmarés.

Carlos, ejerciendo de árbitro. / A.P.
Un joven que lo tiene todo controlado, que dedica las horas que sea preciso para mejorar sus katas o para aprender cómo explicar a los más pequeños los secretos del campeón del mundo de parakárate, podríamos pensar que nada puede con él.
Pero hay momentos en que la vida te sorprende y las emociones se desbordan.
El sábado 1 de marzo, los vecinos y visitantes que llenaban el Palau d’esports y el reducido grupo de amigos y familiares que participaron en un acto especial, pudieron comprobar que también es una persona con la sensibilidad a flor de piel.
El Ayuntamiento de Puçol, con el apoyo de la Federación Valenciana de Karate y la ayuda imprescindible de la familia de Carlos y de Pepe Claramunt, su incansable entrenador, habían preparado una sorpresa.
Carlos vestía el uniforme de árbitro por primera vez en Puçol, ante sus vecinos. Era uno de los tres jueces en uno de los cinco tatamis que llenaban la pista del pabellón cubierto. Un momento emocionante para él, sin duda.
Pero a las 10.30 horas, el tatami de Carlos paró la competición y los tres jueces fueron invitados al interior del pabellón. Allí esperaban los amigos y familiares del campeón del mundo, concejales, trabajadores… y sus nuevos compañeros que estaban arbitrando hasta hacía unos minutos.

Carlos Huertas. / A.P.
Carlos fue invitado a descubrir una cortina, bajo la cual una placa señalaba: «Sala Carlos Huertas». A continuación, le tocó abrir la puerta, un gimnasio nuevo con una pancarta en la pared: «Carlos Huertas: El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños».
Pese a las lágrimas, que apenas le permitieron sonreír para las fotos, Carlos nunca olvidará un momento así. No todos los deportistas logran ser profetas en su tierra y Carlos ya es un ejemplo para todos los vecinos de Puçol.
Una trayectoria ejemplar
Un psicólogo recomendó a su madre que hiciera deporte, y el karate era el ideal. A los 4 años se presentó en el gimnasio de Pepe Claramunt, que aceptó el desafío sin saber lo que se le venía encima.
Pasó en poco tiempo de no saber dar saltos con los dos pies a la vez a superar todos sus problemas físicos mediante un trabajo incansable. «Esa es la mejor definición: es incansable, lo intenta una y otra vez hasta que consigue hacerlo bien. Un gran ejemplo para todos», apunta su entrenador de toda la vida, Pepe.
Su crecimiento como parakarateka fue simultáneo a su maduración como persona: aunque a veces no entienda una explicación, copia perfectamente los movimientos de su profesor y eso le permite preparar cualquier kata y aceptar cualquier desafío.
Tras ganarlo todo, se ha planteado seguir creciendo, pero no como competidor, sino como entrenador y árbitro. «Me había planteado dejar la competición el año pasado, pero he podido hacer a la vez los estudios como entrenador y como árbitro, así que ahora estoy en mi último año de competición y luego a ayudar a los demás, sobre todo a los más pequeños», explica satisfecho Carlos Huertas.
Y el 1 de marzo, con el Palau d’esports abarrotado de público, disfrutamos de su nuevo talento: árbitro del Trofeo Promoción de Karate y Kumite, con participantes valencianos de todas las edades.
Un arbitraje que tuvo que suspender momentáneamente para ser conducido a la inauguración de la sala que lleva su nombre… «Fue un momento especial, lleno de emociones, por lo que es normal que Carlos se pusiera a llorar al descubrir la placa y al posar con sus amigos y familiares bajo la gran pancarta que preside el gimnasio que hemos bautizado como Sala Carlos Huertas», añade la concejal de Deportes, Pepa Deogracia.
Finalizado el trofeo, con la sala ya a pleno rendimiento, Carlos continúa fiel a su ambicioso programa formativo y deportivo: acude cada semana a sus clases de tecnificación en el Centro de Cheste, para mantenerse en la élite en su última temporada como competidor. Una cultura del esfuerzo que le ha llevado a la Selección Española y a ser Embajador del Valencia CF en colegios, charlas y multitud de congresos.
La nueva sala Carlos Huertas que incorpora el Palau d’esports a las instalaciones municipales es el pequeño homenaje de todo un pueblo a este gran hombre.
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