"Me he asomado al barranco cuatro veces para ver si venía agua"
Los vecinos de los municipios afectados por la dana viven con "ansiedad" e "inquietud" la alerta roja por lluvias decretada por Aemet

J.M. López

El aviso amarillo por lluvias decretado este lunes por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y la amenaza de que la situación se vuelva más compleja en las próximas horas - el servicio de Emergencias de la Generalitat Valenciana ha elevado el nivel de alerta a rojo por fenómenos meteorológicos - ha generado inquietud entre los residentes de los municipios de l'Horta Sud, especialmente entre los de aquellos puntos que resultaron más afectados por la dana del pasado 29 de octubre y que cuatro meses después todavía trabajan para reponerse de la devastación.
"Me he asomado cuatro veces al barranco para ver si venía agua", admitía atemorizado Juanjo Monrabal. Este vecino de Catarroja acumula las secuelas que la barrancada causó en su vida, arrebatándole distintos bienes materiales y, lo más doloroso, a su madre. Desde entonces el hombre tiene dificultades para poder conciliar el sueño, algo que se agudiza todavía más cuando hay amenaza de lluvias. "Llevo toda la noche sin dormir por si vuelve a venir el agua", asegura.
Miedo y desesperación
El afectado se muestra desconfiado de que las administraciones, esta vez sí, actúen con la antelación necesaria para evitar que se repita la catástrofe: "La otra vez no nos avisaron y ahora no me fío de que lo vayan a hacer. Ni yo ni ningún vecino, porque vivimos con el miedo en el cuerpo", asevera Monrabal, quien detalla que este miedo que ha desarrollado impide que pueda escuchar el sonido de la lluvia: "Antes me ponía el ruido de la lluvia porque me relajaba, pero desde la dana no puedo. Es imposible. Me vuelvo majareta y no puedo para de llorar", cuenta.

Juanjo Monrabal revisa el caudal del barranco del Poyo a su paso por Catarroja, este lunes. / J.M. López
Miedo también a que el agua pueda dañar nuevamente a sus vehículos. "Ya no podemos volver a guardarlos ahí porque tenemos miedo a que se vuelvan a inundar", narra Juanjo. Un temor compartido con Mari Carmen, vecina de Paiporta, que afirma que tras conocer la situación climatológica "mi marido ha cogido el coche y se ha ido de Paiporta". "Me ha llamado y me ha dicho que no podía. Estaba muy nervioso. Mis vecinas también están muy inquietas. Intentamos calmarnos unas a otras diciéndonos que no va a pasar nada. Pero lo cierto es que tenemos miedo, desesperación. Es muy complicado porque es psicológico, pero es el temor de pensar que puedo volver a pasar otra vez", narra la afectada a este diario.
"Nos crea mucha ansiedad"
Para tratar de convivir con el trauma, la vecina de Paiporta y muchos de sus allegados están recibiendo ayuda psicológica. "Nos recomiendan que no veamos las noticias", cuenta. Una pauta que se vuelve complicada en jornadas como la de este lunes, donde la actualidad informativa deja, además, imágenes similares a las vividas el 29-O, con barrancos desbordados y torrentes de agua descendiendo a toda velocidad y arrasando con todo cuanto pillan a su paso. "A nosotros nos crea mucha ansiedad", reconoce la mujer, quien considera que en esta ocasión se está generando demasiada alarma en comparación con la dana de octubre.
"Ahora parece que están empezando a actuar antes, cosa que se agradece", señala en referencia al ES-Alert enviado este lunes a los vecinos del interior de Castellón, aunque considera que este paso se ha dado "quizás demasiado pronto". "Entiendo que lo hagan así porque la otra vez llegaron muy tarde, pero tampoco se trata de mandar las alertas porque sí, porque genera mucho miedo en la población", advierte la vecina de Paiporta.
Más tranquila se muestra Gemma González, vecina de Aldaia que perdió su casa y dos vehículos y que desde entonces ha tenido que instalarse provisionalmente en un garaje. A pesar de las medidas preventivas decretadas por el ayuntamiento, como el cierre al tráfico del túnel de la estación, la joven recuerda que esta actuación "la hacen siempre que llueve, porque aunque caigan cuatro gotas se inunda".
"He puesto las cosas en alto"
Así con todo, admite cierto "nerviosismo" porque "la gente te manda mensajes pidiéndote que tengas cuidado y quieras que no, siempre te queda la duda de si va a volver a pasar y la incertidumbre de no saber por dónde va a pasar esta vez el agua, porque se ha abierto nuevos caminos".
Si bien admite que está haciendo vida normal, "de hecho, mi marido ha ido a trabajar", sí que reconoce un cambio de actitud condicionado por su vivencia porque "ves el aviso y te hace recordar lo que pasó". En ente sentido, cuenta que tras conocer la alerta decretada por Aemet "he subido las cosas en alto por si acaso. Haces cosas que antes no hacías y que desde entonces piensas ‘debería de haber hecho esto o lo otro’", cuenta la afectada.
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