"Por solidaridad nos compraba mucha gente al principio, ahora ya se han olvidado y seguimos sin abrir"

Nueve negocios afectados por la dana abren un espacio de venta en Ikea gracias a la iniciativa “La meua llar és la teua”

Nueve negocios afectados por la dana abren sus puertas en Ikea

Pilar Olaya

Pilar Olaya

Pilar Olaya

Un respiro y un impulso hacia adelante. Así han descrito los nueve negocios afectados que desde hoy y durante tres meses cuentan con un espacio en Ikea Alfafar para vender sus productos mientras que continúan con la reconstrucción de sus locales. Estos nueve han sido los elegidos para formar parte de la iniciativa "La meua llar és la teua" que lanzó la empresa sueca dentro de su programa de apoyo a los dañados por la barrancada.

Javier, de Librolandia,  atiende a una clienta.

Javier, de Librolandia, atiende a una clienta. / L-EMV

La librería Librolandia y la tienda de moda Aloha de Benetússer; el terrario Ecolandy de Aldaia; la luminaria Fartokled de Massanasa; el gabinete psicológico Cos i ment y el centro de estética Tu Saloncito de Catarroja; la tienda de ropa de trabajo Worket de Alfafar; la consultoría de ingeniería Proinka en Algemesí; y la asesoría energética Somllum en Carcaixent han sido los nueve negocios seleccionados por un grupo de expertos liderados por Nittúa.

"Hoy empieza un momento muy especial, tenemos la oportunidad de seguir acompañando a nuestros vecinos. Tenemos espacios y visitantes, y vosotros la resiliencia, la fuerza y las ganas de tirar para adelante. Esto va a ser un ganar para todos. Os recibimos con mucho cariño y esperemos que sea un tiempo de éxito, y un nuevo comienzo para todos", de esta forma les daba la bienvenida, la directora de Ikea Alfafar, Diana Carrera.

Una mano tendida que han cogido con mucho entusiasmo los negocios afectados, en un momento en el que cada vez hay menos apoyos. "Al principio la gente se volcó. Por solidaridad venían a pedirnos libros. Ahora ya se han olvidado y la verdad es que seguimos sin poder abrir, porque aunque ya contamos con parte del dinero del seguro, hay tanta demanda de albañiles, puertas y todo lo que tenga que ver con la construcción que estamos a la cola", señala Javier León, propietario de Librolandia, con sede en Camí Nou de Benetússer.

Laura, de Faktorled de Massanasa.

Laura, de Faktorled de Massanasa. / L-EMV

Por eso, mientras se reconstruye, poder vender sus libros en Ikea "es un gran empuje. En mi caso, trabajamos en depósito. Yo tenía más de 120.000 euros en libros en depósito, que yo tengo que pagar y eso el seguro no se hace cargo. No sé cuanta venta va a haber, pero es un pulmón de oxígeno", confiesa.

Andrea, con su terrario que perdió en Aldaia.

Andrea, con su terrario que perdió en Aldaia. / L-EMV

Andrea Zuluaga decidió hacer un año dar el paso y abrir en Aldaia, un terrario, después del éxito de venta on line de sus kokemadas, plantas que crecen dentro de un musgo. Ecolandy estaba en la calle San Antoni comenzando a andar cuando llego la riada y acabó con todo. "Calculo unos 10.000 euros en pérdidas, que no es mucho comparado con otros negocios, pero cuando uno empieza cada euro cuenta por miles", señala. Justo en el peor momento llegó la llamada de Ikea para decirle que estaba preseleccionada. "Sentí que me tocaba el gordo de la lotería. He estado a mil de emociones, produciendo cosas desde que me llamaron. Esto es una plataforma para reconectar con los clientes antiguos y atraer nuevos de cara al nuevo taller que abra", explica.

"Estaba en ERTE"

Para Laura, abrir este espacio en la tienda sueca ha significado volver a trabajar, ya que estaba en ERTE. Ella era encargada de Fartokled, empresa de iluminación led situada en el polígono de Massanassa, cuando los más de 2 metros de altura que alcanzó el agua acabaron con todo. Mientras reconstruyen su local, han reconvertido en tienda su almacén en Manises hasta que le llegó esta iniciativa. "Ikea me ha permitido volver a la normalidad, a mi rutina diaria, porque me encanta mi trabajo y también evitar que la tienda de Massanassa se quede en el olvido, porque como lleva tanto tiempo cerrada, la gente se cree que ya no vamos a volver", confiesa.

Francis, curiosamente, aunque su tienda de ropa en Benetússer, Aloha, está cerrada, está viendo un momento dulce, gracias a la visibilidad que tuvo el vestir a la Reina Leticia con sus vestidos "rescatados" de fango. "Se me juntó que estaba seleccionada en Ikea con lo de la Reina, y fue un chute increíble, de pensar que parece que sí que se puede salir", señala Francis. Como todos, está a la cola de las empresas de albañilería para reconstruir su local. Mientras agradece a la tienda sueca la visibilidad que le da tener este espacio abierto. "Espero que sea una experiencia novedosa gratificante tanto económicamente como emocionalmente, porque la cabeza, después de tantos meses parada, es duro recomponerla", concluye.

Francis, de Aloha en Benetússer, que vistió a la Reina Leticia.

Francis, de Aloha en Benetússer, que vistió a la Reina Leticia. / L-EMV

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