El embudo de la movilidad en la zona cero de la dana

La complejidad de las obras para reconstruir carreteras y tramos de vía arrasados por la dana mantiene restringidas infraestructuras clave que conectan numerosos pueblos con la capital seis meses después

Abraham Pérez

Abraham Pérez

Torrent

Verano de 2025. Ese es el plazo que la Generalitat Valenciana se ha marcado en el calendario para reparar las principales infraestructuras que resultaron dañadas por la dana del 29 de octubre y que seis meses después continúan restringiendo cada día la movilidad de miles de valencianos. Recuperar carreteras y vías ha sido desde el primer minuto una de las principales prioridades para las distintas administraciones y para ello han invertido cientos de millones en contratos de emergencia para garantizar el acceso y la llegada de los equipos de emergencia en una fase inicial, y para poder recuperar la circulación entre los municipios afectados y la capital.

Lograrlo es una tarea compleja teniendo en cuenta la magnitud de los daños: más de 160 kilómetros de hasta 18 carreteras autonómicas se han visto afectadas en mayor o menor medida mientras que otros 50 kilómetros de red ferroviaria se han tenido que reemplazar. Unos trabajos que en algunos casos están condicionados por la necesidad de reconstruir los puentes y pasarelas que atravesaban ramblas y barrancos, arrasados por la virulencia con la que descendía el agua y aislando durante semanas a miles de vecinos y vecinas.

Trabajos de reparación en el tramo afectado entre Paiporta y los pueblos del sur del área metropolitana.

Trabajos de reparación en el tramo afectado entre Paiporta y los pueblos del sur del área metropolitana. / J.M. López

Desde la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio sacan pecho de la "agilidad" con la que están avanzando los trabajos de reconstrucción y destacan el "esfuerzo económico" que se ha hecho desde la administración autonómica para recuperar la normalidad "en tiempo récord", desafiando incluso al Ejecutivo central a "igualar los plazos". Sin embargo, para recuperar la circulación en algunas carreteras ha sido necesario implementar soluciones provisionales. Un hecho que hace que, seis meses después, la circulación siga restringida en mayor o menor medida en distintos puntos, provocando un embudo en la movilidad que afecta especialmente a l'Horta Sud.

Tres carreteras restringidas

En lo que respecta a las carreteras, seis vías de la comarca se vieron afectadas. Todas ellas registran a diario una elevada intensidad de tráfico diario al facilitar la movilidad entre los municipios de la comarca y la capital, por lo que la Generalitat Valenciana aprobó distintos contratos de emergencia por valor de 45 millones de euros para recuperarlas. A fecha de hoy se han logrado abrir la mitad de ellas (CV-35, CV-400 y CV-407). Entre las tres que continúan afectadas se encuentran la CV-33 y la CV-36, dos autovías por las que circulan a diario miles de vehículos al dar acceso a buen número de pueblos de l'Horta conectándolos entre sí y con la capital. Si bien ambas calzadas se han podido poner en marcha, se ha hecho con algunas restricciones, dando lugar a colapsos diarios que se producen especialmente en las horas punta del día.

La autovía de Torrent (CV33) mantiene cortado un tramo del sentido a València desde la barrancada del 29 de octubre.

La autovía de Torrent (CV33) mantiene cortado un tramo del sentido a València desde la barrancada del 29 de octubre. / Miguel Angel Montesinos

En el caso de la CV-33, conocida popularmente como la autovía de Torrent, la fuerza con la que bajaba el caudal afectó a los dos puentes que conectan ambos márgenes del barranco, provocando que la carretera colapsara. Tras dos semanas de cierre total, la reconstrucción de una de las dos pasarelas permitió recuperar dos de los cuatro carriles existentes, facilitando desde entonces la apertura parcial que ahora continúa provisionalmente con un único carril por dirección.

Situación similar en la CV-36, conocido como el corredor comarcal por el que cada día circulan más de 100.000 vehículos. Las inundaciones anegaron casi todo el trazado de la carretera causando graves desperfectos. Uno de los puentes quedó completamente derrumbado mientras que el otro colapsó en uno de sus tramos, afectando a ambas calzadas y restringiendo la circulación de cuatro carriles a dos. Tras meses de trabajo, el departamento de Martínez Mus lograba en febrero abrir una de las pasarelas ubicadas en los términos municipales de Alaquàs, Aldaia y Torrent y ahora los trabajos se centran en completar la construcción del otro puente afectado.

La CV-33 continúa con parte de la autovía restringida al tráfico.

La CV-33 continúa con parte de la autovía restringida al tráfico. / Miguel Angel Montesinos

En ambos casos, CV-33 y CV-36, desde Infraestructuras confían en tener finalizadas las obras "para verano", sin precisar una fecha concreta. La otra carretera que continúa afectada es la CV-403, que da servicio a Torrent, Alaquàs y Xirivella. Aquí la riada erosionó el estribo de la estructura del puente sobre la carretera provocando su colapso, quedando cortado el acceso a Torrent. El 15 de noviembre la vía se abría al tráfico con un badén provisional a la espera de completar la reconstrucción del puente cuyas obras, calculan desde conselleria, estarán finalizadas "en las próximas semanas".

Afecciones en el metro

Más compleja es la situación en el servicio de metro, donde los daños en la red obligaron a suspender el servicio al completo durante más de un mes y cubrir los trayectos con autobuses lanzaderas. Medio año después, parte del trazado continúa restringido, concretamente en la zona sur del área metropolitana de València, obligando a cubrir este tramo con buses que trasladan a los usuarios a los intercambiadores que se han habilitado en las estaciones de València-Sud y Safranar, una alternativa que está resultando efectiva, pero que ha derivado en un incremento en el tiempo de viaje de los pasajeros.

Autobuses lanzadera cubren el tramo entre Paiporta y la estación de Metrovalencia, Valencia-Sud.

Autobuses lanzadera cubren el tramo entre Paiporta y la estación de Metrovalencia, Valencia-Sud. / J.M. López

Reparar todos los daños que la barrancada ocasionó en la red de Metrovalencia va a costar más de 125 millones de euros, importe que la Generalitat Valenciana ha invertido en distintas obras, como la rehabilitación de infraestructuras como las estaciones de metro de Paiporta y Picanya, la reconstrucción del puente sobre el barranco del Poyo o la reparación de los múltiples daños que la dana ocasionó en las oficinas centrales de FGV en València-Sud.

Operarios trabajan en la reconstrucción del tramo de metro dañado en Paiporta.

Operarios trabajan en la reconstrucción del tramo de metro dañado en Paiporta. / J.M. López

Desde conselleria confían en recuperar el cien por cien del servicio de Metrovalencia para el próximo 21 de junio. En estos momentos los trabajos se centran en la reconstrucción del puente sobre el barranco del Poyo, en el término municipal de Paiporta, una infraestructura clave para permitir recuperar la circulación de los trenes entre la capital y los pueblos del sur del área metropolitana.

Pasarelas peatonales

Por su parte, la movilidad a pie tampoco se ha librado de sufrir restricciones. Y es que la dana también arrasó con numerosas pasarelas ciclopeatonales que conectaban los márgenes del barranco que dividían núcleos urbanos en muchas localidades, entre ellas Picanya o Paiporta. Para poner fin al aislamiento al que se vieron sometidos muchos vecinos durante las primeras semanas, el Ministerio de Defensa instaló puentes Mabbey en puntos como Picanya, Riba-roja del Túria, Loriguilla o Cheste.

Vecinas cruzan por la pasarela Mabbey instalada provisionalmente en Picanya.

Vecinas cruzan por la pasarela Mabbey instalada provisionalmente en Picanya. / Francisco Calabuig

En este caso, la reconstrucción de algunas de estas pasarelas las está asumiendo el Ministerio de Transportes. Solo en Picanya y Paiporta, el departamento dirigido por Óscar Puente ha destinado 34 millones de euros para reparar seis puentes y tres pasarelas que quedaron devastadas tras la dana, y que han alterado la movilidad diaria de miles de vecinos.

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