"Nos sentimos criminales cada vez que vamos al médico"

Vecindario de la Coma, en Paterna, critica que tras la denuncia de agresiones a médicos hace dos años el ambulatorio abre cada día con un arco de seguridad y personal de vigilancia

Seguridad a la entrada del centro de salud de la Coma en mayo de 2023.

Seguridad a la entrada del centro de salud de la Coma en mayo de 2023. / Miguel Ángel Montesinos

Violeta Peraita

Violeta Peraita

Paterna

En mayo de 2023, toda la plantilla de facultativos médicos, enfermería y administración, entre otros puestos, se fue de baja médica por estrés y ansiedad. En una carta denunciaban insultos, amenazas y gritos por parte de los pacientes en el consultorio de salud de la Coma, en Paterna. Doce días después de hacer público el comunicado, el ambulatorio volvió a abrir, pero sin pediatras (un servicio que no se ha recuperado dos años después) y con seguridad en la puerta.

Las consecuencias de aquel episodio se viven todavía a día de hoy. Dos años después, la atención pediátrica ha desaparecido y para entrar en el centro es necesario pasar un arco de seguridad y un detector de metales. La seguridad en la entrada también se mantiene. "Nos sentimos criminales por ir la médico, nos cachean, nos hacen sacar todo, enseñar los bolsos, les falta hacernos una radiografía para entrar en el médico", lamenta, por su parte, Mercedes. «Estamos vigilados en todo momento y sentimos que presuntamente esperan que hagamos algo malo», añade la mujer. 

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Muchos vecinos y vecinas del barrio sienten que las amenazas de unos pocos en mayo de 2023 tienen consecuencias que sufren todos. «No es justo que paguemos justos por pecadores», lamentan. «Quien haga las cosas mal que lo pague, pero la mayoría de las familias del barrio respetamos y ahora nos encontramos con un trato como si fuéramos criminales». 

Discriminación racial

Desde Kali Yag también denuncian la discriminación de trato que sufren muchos por ser de etnia gitana. «Se nos presupone que no sabemos comportarnos o no sabemos cómo criar a nuestros hijos», denuncian en la asociación, que lamentan los prejuicios que sufren en muchas ocasiones y que opinan que también mantienen la seguridad en la puerta tras dos años.

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