L’Horta Sud. Crisis en la quinta ciudad

La sombra de la moción de censura en Torrent

Alonso del Real en el pleno de Torrent

Alonso del Real en el pleno de Torrent / Miguel Angel Montesinos

Alfredo Castelló

Alfredo Castelló

Torrent

Si bien el pacto de gobierno de Torrent sellado en 2023 por Partido Popular y Vox no incluía el cambio de alcaldía, la renuncia del portavoz del partido voxista y su paso a no adscritos ha dejado tambaleando los cimientos del consistorio. El ejecutivo que lidera Amparo Folgado (PP) se ha quedado en minoría con doce regidores, frente a los trece de la oposición: PSPV (10), Compromís-EU-Podem (2) y Guillermo Alonso del Real como concejal tránsfuga.

Es, precisamente, esa aritmética la que provoca que la sombra de una hipotética moción de censura aceche al binomio de PP-Vox casi desde la misma tarde del pleno en la que Alonso del Real abandonó el gobierno. Si bien nadie oculta que sondeos entre las partes haberlos haylos, tampoco niegan la extrema dificultad que supone o supondría poner de acuerdo a tres patas de banco tan distintas, al menos de cara a un pleno que permitiera de nuevo envestir a un alcalde socialista en la figura del veterano (y exalcalde) Jesús Ros.

Por un lado está el PSPV, formación mayoritaria en el pleno. Los socialistas firmaron en las Corts en 2021 junto con el resto de grupos (excepto Vox) el pacto antitransfuguismo, un documento que tenía (y tiene) como objetivo evitar mociones de censura sustentadas por tránsfugas, calificativo que ahora ostenta Alonso del Real. Desde el PSPV torrentino se quitan la presión de una moción y siguen apuntando a que el problema lo tiene Amparo Folgado.

Compromís-EU-Podem debería apoyar, ya fuera entrando en el hipotético gobierno o quedándose fuera, la moción de censura, un movimiento que debería ser aprobado en asamblea, un corte que no ven «imposible» pero sí «muy difícil» de superar. A esta contingencia se suma el cisma interno del grupo municipal entre el portavoz Xavier Martí y la concejala M. Jesús Herrada.

Por último, está el tránsfuga, que ha asegurado que «ahora no pienso en una moción de censura» y que pactar con Compromís sería ir contra sus principios. Se antoja aquello que dicen los futboleros de plantear un partido largo: restan dos años de mandato y todo puede pasar.

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