"Nos sentimos abandonados. Hay personas mayores sin bajar a la calle desde la dana"
Más de cien familias de la finca de la Sareb de Alfafar siguen sin ascensor ni garaje cuando se cumplen siete meses de la dana
Hoy se cumplen siete meses desde que una dana provocó el desbordamiento del barranco del Poyo y devastara gran parte de l'Horta Sud, entre ellos Alfafar. Desde entonces ya no hay barro en las calles y poco a poco se van retomando servicios y reconstruyéndose infraestructuras, sin embargo, para la comunidad de vecinos del bloque de viviendas propiedad de la Sareb en el barrio San Jorge de Alfafar, el tiempo no ha pasado.
Siete meses después continúan sin ascensor, mejor dicho, sin ascensores, porque son cinco los que tiene este bloque de 117 puertas, que siguen inoperativos. Cien familias, muchas vulnerables, -hay que recordar que se consiguió con la presión de conselleria y ayuntamiento que el banco malo no les desahuciase y que muchos se quedaran pagando un alquiler social- permanecen como el primer día, sin la posibilidad de bajar a la calle para ir al médico o comprar. Tampoco pueden usar el garaje, aunque por suerte, han empezado ya las obras de reparación que se vieron paralizadas por la presencia de un coche arrastrado por la dana, que no tenía dueño y que permanecía intacto, hasta principios de esta semana, cuando consiguieron sacarlo y poder reparar el techo y el suelo donde estaba ubicado.
"Llevo casi dos meses sin ir a la calle. He podido bajar porque han venido mis hijos y me han llevado a su casa", señala Isabel que tiene una cardiopatía en el corazón, que es congénita, y seguramente le tienen que poner marcapasos. "Yo siempre he sido autónoma. Tengo mi motoreta que me subía a ella y hacía la compra, iba a la farmacia, pero ahora no puedo bajar. Y ahí la tengo parada que se me va a estropear y no creo que me la paguen. Tuve que llamar a mis hijos para irme con ellos y que me llevaran a los médicos porque me sabe mal llamar a la ambulancia, creo que hay gente peor, aunque yo tengo entre cuatro y cinco citas médicas todos los meses", confiesa Isabel, que por suerte tiene el respaldo de sus vecinas.

Isabel con su "motoreta" parada que le ayudaba a trasladarse a supermercados y farmacias. / José Manuel López
"Yo antes de bajar a la calle entró a su casa y le pregunto que quiere que le compre de comida y también los medicamentos que necesita de la farmacia", explica Maribel, quien afirma haber discutido con su médico. "Tengo una incapacidad del 60%, con dos aneurismas cerebrales, una hernia que me pinza el nervio de la pierna, y mi doctor me prohíbe subir escaleras, pero ¿qué quiere que haga?. No me puedo quedar parada en casa sola", explica.
Y es que en esta finca hay muchas personas mayores que viven solas. "Una vecina a veces le vemos bajar las escaleras sentada, desde un quinto piso. Si la vemos le ayudamos, pero a veces le sabe mal molestarnos. Otra que está en silla de ruedas se ha tenido que ir con sus hijos y ya lleva siete meses sin poder vivir en su casa. Así no se puede vivir, esto no es normal, estamos abandonados", señala Maribel.
La reparación, en lista de espera
Esta finca de cinco patios situada entre las calles doctor Fleming, San Jordi y Gómez Ferrer es propiedad de la Sareb y por tanto le corresponde a ella gestionar la reparación de los ascensores. Tanto los vecinos como la propia entidad han afirmado que ya se ha hecho una memoria técnica y una valoración por parte de un arquitecto contratado por el administrador, y que incluso se ha llegado a contratar a una empresa de reparación y abonado el importe, con el dinero recibido por el consorcio de seguros. "Si no tienen gente, que contraten, que el dinero ya lo tienen. Pero no pueden dejar de dar servicio", avisa.

Este coche estuvo así en el garaje de la finca de Alfafar casi siete meses. / José Manuel López
"Esta semana vinieron y pusieron un ascensor en marcha. El único que se quedó en la planta de arriba y se ha podido acceder al foso. Pero los técnicos nos dijeron que era una simple prueba y que para los otros cuatro que hay que reemplazar enteros y estamos en lista de espera, y no saben cuando los arreglaran. Nos sentimos totalmente abandonados", confiesa Maribel.
Ni siquiera la intervención del Ayuntamiento, desde Servicios Sociales, ha logrado que se agilice la reparación. Y mientras, día a día durante estos siete meses, Yacine ha bajado y subido a sus cinco hijos, el último un bebé que va en carro, cinco pisos, para llevarles al colegio. "Estamos muy cansados ya, incluso los niños", asegura. "Estamos que no valemos para nada. El otro día mi marido se cayó por la escalera, se magulló los codos, el dedo y ¿eso quien lo cubre? Vivimos en tierra de nadie. Nadie se preocupa por nosotros. El administrador no se cita con nosotros, yo lo conozco porque insistí mucho", explica Maribel, que pese a todo, afirma que va a seguir luchando. "No nos queda otra. Si tenemos que denunciar, lo haremos, pero en estas condiciones no podemos vivir", sentencia.
Suscríbete para seguir leyendo
- Koldo tras cobrar 2.600 euros al mes de un empresario: 'Mamón, el ingreso mensual se terminó
- Los expertos avisan: Las 3 bebidas que disparan la posibilidad de sufrir un ictus
- El metro no regresará el 21 de junio
- Estos son los institutos valencianos con mejor nota en las PAU de 2025
- Bajón en las notas de la PAU al suprimirse las facilidades de la pandemia
- ¿Qué es la sangre dorada y por qué es una maldición para quien la posee?
- La mayor parte de la feria mortal de Mislata estaba montada en suelo privado y sin cobertura legal
- Siete meses de la dana: “Nos han cobrado 40.000 euros y seguimos sin puertas ni ascensor”