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Roc, el niño que nació la noche de la dana en el 'oasis' de l'Horta Sud

Raquel trajo una vida al mundo en el centro de salud de Silla cuando la comarca quedaba totalmente enfangada. No pudo llegar al hospital, pues las carreteras colapsaron. Ahora el bebé cumple un año

Raquel y su hijo Roc, que nació la noche de la dana en el centro de salud de Silla, al no poder llegar al hospital

Miguel Angel Montesinos

Violeta Peraita

Violeta Peraita

Silla

Roc gatea con velocidad y fuerza y se impulsa de donde puede para ponerse de pie. Sonríe, emite sonidos y mueve los brazos para comunicarse, pues todavía no habla. Le están saliendo los primeros dientes y por eso, cuenta su madre Raquel, le encanta tener cosas dentro de la boca lo que, por otra parte, obliga a la mujer a poner en alto cualquier objeto susceptible de ser atractivo para el bebé en su casa de Silla.

Roc cumplirá el 30 de octubre un año de vida. El 29 de octubre de 2024, mientras la tierra valenciana se inundaba de fango, destrucción y dejaba a su paso un reguero de dolor por la devastadora dana; en un punto de l'Horta Sud, un oasis de calma en medio del caos, nacía una nueva vida.

Raquel con su amiga Cristina, que le asistió el parto y su hijo recién nacido en el centro de salud de Silla.

Raquel con su amiga Cristina, que le asistió el parto y su hijo recién nacido en el centro de salud de Silla. / L-EMV

A Raquel le faltaban aquel martes, 29 de octubre de 2024, cuatro días para cumplir las 40 semanas de gestación. Esta joven de Silla comenzó a tener contracciones espaciadas esa tarde, esa noche. Con sus amigos en casa, aguantó lo que pudo hasta que fue insoportable. "Estaba con tres amigos, que me llevaron primero al centro de salud. También avisé a mi amiga Cristina, que es matrona y no estaba trabajando esa tarde". Llegaron al centro de salud (a escasos metros de su casa) en ambulancia, pues Raquel no podía andar por su propio pie.

Asegura que no sabía bien qué pasaba en la comarca aquella tarde porque ella ya estaba "en otro mundo", pero sí era consciente de que había llovido mucho y le hicieron saber que quizás no podrían llegar al hospital La Fe en València, donde en un principio tenía que dar a luz, pues la pista de Silla estaba "complicada". Mientras la mayoría de municipios de l'Horta Sud quedaron inundados, con barrancos a su paso que se desbordaron de manera extraordinaria y sorpresiva y sin tiempo de reacción; en Silla y Alcàsser las consecuencias fueron mínimas. Silla no estaba devastada, pero sí aislada. Todas las carreteras quedaron anegadas y los coches atravesados en ellas, por lo que salir del pueblo era misión imposible.

Acompañada por sus amigos y su familia

En el centro de salud de Silla no estaba todo el personal. Muchos de los que tenían turno no habían podido llegar porque las carreteras estaban inundadas o se habían quedado atrapados en el camino. En un momento dado, el personal presente le dejó un uniforme de sanitario a Cristina, la amiga de Raquel matrona y la única presente que tenía conocimientos y experiencia para asistir un parto. "Cuando vi que Cristina se había cambiado ya pensé: 'vale, Roc va a nacer aquí'. Eran algo más de las tres de la mañana y el trabajo de parto duró hasta las 10 de la mañana, cuando nació Roc, el 30 de octubre de 2024.

Ella no se daba cuenta, pero las alarmas sonaban y la devastación en su comarca era total. Cuenta Raquel que sus amigos y sus familiares, que pudieron estar en el nacimiento de su hijo, no le dijeron nada de lo que estaba pasando para no preocuparla. Ella estaba a otra cosa. Pudo estar acompañada por lo extraordinario de la situación. "Me dijeron que podía entrar quien yo quisiera, algo que agradecí enormemente. Me sentí muy acompañada". Su amiga Cristina asistió el parto, que fue del todo natural, pues no tenían ni las herramientas ni epidural, ni nada de nada.

Raquel y su hijo Roc en su casa de Silla, casi un año después de su nacimiento la noche de la dana.

Raquel y su hijo Roc en su casa de Silla, casi un año después de su nacimiento la noche de la dana. / Miguel Ángel Montesinos

Raquel parió en el suelo, junto a Cristina, una enfermera y sanitarios del SAMU, varios amigos y familiares a su alrededor. "Compartí ese momento con toda mi gente y fue muy bonito. El único miedo que tenía era que pasara algo, pues la única forma que teníamos de controlar que todo iba bien era escuchando el corazón del bebé, pero ya no podían pasar más cosas, tenía que salir bien". El día 30, recién parida, consiguió llegar al hospital la Fe con una ambulancia que hizo una ruta por Sueca, en un trayecto de más de una hora y media. Allí estuvo dos días, donde le hicieron todas las pruebas a su hijo y revisaron que ella estuviera bien.

"Quería ir a ayudar a mis amigas, pero tenía un recién nacido"

La realidad cayó como una losa, algo extraño dentro de la burbuja de alegría en la que estaba metida Raquel, tras conocer a su hijo Roc. Cuando fue consciente de todo lo que había pasado "me dio un bajón". "Tenía amigas que habían perdido negocios, casas, en Massanassa y otros pueblos de la comarca de l'Horta Sud. Me hubiera gustado ir a ayudar, pero claro, tenía un bebé recién nacido. Eso me costó un poco al principio", recuerda Raquel.

El pequeño fue, y es, quien da luz a esa fecha que se quedará marcada para siempre en la memoria de los valencianos y las valencianas. Aunque para muchos traerá recuerdos de una tragedia sin precedentes, para Raquel y su círculo más cercano también será el día en el que Roc nació. Ahora, el pequeño cumplirá un año y Raquel ya planea una merienda de celebración con amigos y familia. Será el inicio de una vida que emergió como una luz del momento más oscuro de nuestra historia.

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