Serproanimal, también conocida como "El Corralet", ha hecho público un comunicado donde se defiende de las acusaciones vertidas sobre la muerte de la perra Lila, que se escapó en Calicanto el 19 de septiembre y fue recogida por esta empresa, donde murió horas más tarde por "causas naturales", como se explica en el comunicado.

Alex Membrado, representante de Serproanimal, contradice la versión expuesta por la familia de Lila. Aseguran que se siguió el protocolo de recogida y "se intentó sin éxito obtener datos del animal mediante el microchip implantado", señala la carta. En el mismo lugar de recogida se buscó en la Red Español de Identificación de Animales de Compañía (REIAC) datos sobre Lila y no aparecía ningún número de contacto. Según asegura Membrado, en el chip solo aparecía que el animal había sido reclamado otra vez en 2009, cuando se escapó y se procedió a su búsqueda.

Membrado señala que al no poder contactar con la persona responsable del animal, se informó a la Policía Local de Chiva que "a partir de ese momento toma la responsabilidad de contactar con el titular responsable del animal y se procede a trasladarlo al núcleo zoológico [situado en Vinarós, a 170 kilómetros de Calicanto] siguiendo el protocolo establecido contractualmente para estos casos".

El Ayuntamiento de Chiva delegó la gestión de animales perdidos y abandonados en Serproanimal a través de un contrato público al igual que otro medio centenar de municipios. Fue cuando la empresa recogió a Lila cuando en algún momento que no se determina, falleció. Según el comunicado de Membrado, la perra, de 14 años "presentaba buen aspecto en el momento de la recogida y no evidenciaba síntomas de enfermedad y otra dolencia, por lo que ante esos indicios su deceso debe imputarse a causas naturales". Sin embargo, deja la puerta abierta a realizar una necropsia y que el veterinario "revele otra causa".

Además, confirma que el cadáver de la perra está en Vinarós, en las instalaciones de Serproanimal, "a disposición de las autoridades municipales competentes o de más altas instanacias si fuera el caso, para que si lo considera oportuno puedan practicar necropsia que determine la causa del deceso".

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Membrado asume que con 14 años, "cualquier proceso traumático por abandono o pérdida ocasiona el animal un estrés de efectos nefastos en su ánimo y, por tanto, en su estado general, siendo esta circunstancia la que pudiera desencadenar procesos vitales de fatal desenlace". Sin embargo, Serproanimal sigue sin revelar en qué momento falleció el animal y cómo está conservado todavía para que se le pueda practicar una necropsia.

Aseguran que se ha dado información "en todo momento" a la familia, pese a que ellos han estado denunciando durante dos semanas la nula información proporcionada. Tal es el malestar de la familia que se ha impulsado una campaña en change.org para pedir el cierre del centro tras varios escándalos que han salpicado a la empresa.