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Los vertederos ilegales proliferan en Calicanto ante el incremento de población tras la pandemia

Algunos vecinos han denunciado el comportamiento "incívico" de algunos residentes que depositan podas, escombros y hasta maletas y bidets en zonas forestales

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Vertederos incontrolados en Calicanto

La falta de civismo reina en buena parte de los contenedores de Calicanto, en Chiva y Torrent. Así lo están denunciando algunos vecinos y vecinas quienes no ocultan su sorpresa y desagrado cada vez que pasean por las calles de la urbanización, donde otros residentes deciden improvisar un vertedero junto a los containers de desechos. Bidets, maletas, restos de escombros de obras, bolsas y más bolsas de poda. "Es puro incivismo, las patrullas de Policía Local debería pasar por aquí más a menudo, es insoportable", critica un vecino de San Miguel.

Según explica, el incremento paulatino de residentes en todas las urbanizaciones de Serra Perenxisa podría estar detrás de este aumento de residuos en las calles. "Antes de la pandemia ya había zonas donde se arrojaban restos ilegales, pero no era tan acuciante", señala. En varias de las calles, los chalés abandonados por la crisis de 2008 han sido reconstruidos y vendidos, como en el caso de la calle Puerto de Guadarrama. Allí, como en Puerto de Contreras, o cualquiera del entorno, las aceras se entremezclan con bolsas de basura.

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Solo el servicio privado de vigilancia está al tanto de lo que sucede. Cada hora patrullan las urbanizaciones de Calicanto y controlan, en cierto modo, a estos responsables. Sin embargo, no tienen autoridad ni competencias para imponerles una sanción. Lo que sí hacen cada semana es pasar un parte de los desperfectos que encuentran en la urbanización, desde estos puntos sucios hasta farolas averiadas o aceras rotas.

Precisamente, la presidenta de la Asociación de Vecinos de Cumbres de Calicanto, Rosario Peña, confirma que cada solar que colinda con una zona forestal es susceptible de ser un contenedor de basura. "Se repite cada día que trabajadores de obra abandonan en cualquier zona de estas residuos de reformas, sin ningún control", señala la presidenta. El camino de Tizón es otra de las áreas más afectadas por estas prácticas que "nos hemos cansado de denunciar", pero el consistorio "está a otra cosa", lamenta. "Nos dicen que no tienen medios", afirma.

"Hemos pedido reunirnos con el alcalde de Chiva, Emilio Morales, varias veces, pero no ha habido manera", lamenta Peña. "Solo queremos tener los mismos derechos y servicios que las personas que viven en el casco urbano, nosotros también somos una zona urbana", ha defendido la presidenta. Además, Peña ha recordado que la Policía Local "viene cuando viene" y no puede controlar este tipo de situaciones.

La Policía Local tendría potestad sobre San Miguel, San Antonio y parte de Santo Domingo (otra zona pertenece a Torrent). El concejal de Chiva de Medio Ambiente, Francisco Navarro, asegura que cada año el consistorio limpia "hasta 40 vertederos incontrolados" e incluso durante la pandemia "se limpiaron dos veces todos ellos". Pese a todo, el problema según el edil radica en "la falta de civismo" de algunos residentes a los que se ha aplicado sanciones cuando se les ha descubierto. "Ponemos al servicio de toda la ciudadanía los ecoparques y la recogida puerta a puerta de voluminosos, pero no siempre se hace uso de ellos".

De hecho, Navarro asegura que se ha puesto a un funcionario público del consistorio a trabajar directamente en las sanciones que tienen que ver con los residuos incontrolados. "Las multas ascienden hasta los 3.500 euros", señala el edil de Medio Ambiente.

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Sin embargo, los vecinos y vecinas de Calicanto piden más atención a la urbanización, que ve cómo las zonas forestales se invaden de desechos que ni siquiera puede asumir la facción de resto, el contenedor gris. "Ayer mismo, en la calle Puerto de Contreras, una furgoneta de alquiler paró para depositar cinco o seis bolsas con restos de plantas y tierras", señala uno de los vecinos de la zona, quien lamenta que no haya ningún tipo de control o identificación de los responsables.

Para ellos, el incremento de población en esta urbanización tras la pandemia, donde la venta de chalés se ha multiplicado, sumado a la falta de responsabilidad de la gente, está causando "graves problemas de insalubridad" así como en el paisaje. "Nadie patrulla por esta zona excepto la vigilancia privada, tendrían que pasar mucho más", asegura.

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