El contrato municipal de limpieza y recogida de basura en Chiva lleva cuatro años caducado. Terminó en 2018 y el equipo de gobierno todavía no lo ha aprobado y sacado a licitación pública, por lo que en estos momentos el servicio se sigue prestando al ser de primera necesidad pero al margen de la Ley de Contratos y con reparo de legalidad por parte de la Intervención del ayuntamiento.

El área responsable de residuos la ostenta VINCHI y el edil Joaquín Furriol, que junto a Fernando Casanova, edil de Administración General y Contratos, trabajan a contrarreloj para presentarlo en el próximo pleno del día 22. "En 2018 éramos minoría y la oposición no nos aprobó la prórroga; en 2019, con la mayoría obtenida en las urnas, comenzamos a trabajar en él pero llegó la pandemia y todo se paralizó", asegura Casanova a este diario.

La empresa, aún sin contrato, no puede dejar de prestar servicio al ser de primera necesidad y el consistorio abona las facturas sin la cobertura jurídica adecuada, abonando mensualmente casi 100.000 euros por el servicio. En estos momentos se mantiene el presupuesto fijado en el último contrato vencido, de alrededor de 1 millón de euros, pero Casanova asegura que ahora lo van a duplicar y ascenderá hasta los 2,1 millones de euros. "Habrá más contenedores y más personal, que puede disuadir de ciertos comportamientos incívicos que se han visto en el municipio", asegura el edil.

Todo ello se ha agravado con el crecimiento exponencial de población que se ha visto en las urbanizaciones, sobre todo en las de Calicanto, donde los basureros improvisados se entremezclan con la masa forestal y que ha generado las críticas de los residentes, tal como denunció este diario.

Sin embargo, Casanova asegura que la limpieza de estos puntos son recurrentes y existe una ordenanza que obliga a los propietarios de las parcelas sin uso a limpiar estos desechos. En esa misma norma, se contempla el vallado de estas áreas para evitar que los escombros de obras, sofás, neveras y todo tipo de residuos no sean depositados aquí.

"Tenemos un ecoparque, pero los que no lo usan lo tiran en cualquier lado", lamenta Casanova, quien confía en que el nuevo contrato que se presentará la semana que viene refuerce la limpieza del término municipal. El edil recuerda que deben abarcar 177 kilómetros cuadrados, una amplía extensión a donde no siempre llegan. "En las parcelas privadas, además, no podemos entrar", señala.