«Magnifique». Es el adjetivo que utilizó el manager de la sala Videopolis de Disneyland París cuando terminó la actuación de la Orquesta de Pulso y Púa de Chiva. Una banda que ha participado en este auditorio gigante con parte de su repertorio propio pero también con otro adaptado a las circunstancias, que fue desde bandas sonoras de películas Disney hasta otras más clásicas.
Paco Abellán es el director de la orquesta que ha comandado esta expedición. Aunque la banda tiene unos 36 miembros, a París solo viajaron 25. «Cuando nos presentamos al cásting lo hicimos con una actuación donde éramos ese número de personas, y la organización te obliga a mantener el grupo tal y como lo has presentado a las pruebas», explica Abellán. Se hace para que no se pueda improvisar después una actuación distinta a la presentada.
En el caso de los chivanos y chivanas, la sorpresa fue doble. Por un lado, Abellán presentó su candidatura un lunes y el mismo miércoles obtuvo una respuesta: tendrían 20 minutos de actuación, pero Abellán les convenció de que tenía que ser un poco más larga, como así requería el repertorio del conjunto: 25 minutos, les dieron, ni más ni menos. Sin embargo, una vez en escena, el público les laureó tanto que la organización les permitió alargar la actuación hasta los 40 minutos. «Cuando terminó el tiempo, le pedí permiso al manager de la sala para alargar y nos dijo que adelante. Al terminar, se acercó a felicitarnos, nos dijo que había sido ‘magnifique’», explica Abellán emocionado.
La organización les concedió 25 minutos pero terminaron por actuar 40 porque el público pidió un bis
Lo cierto es que la propuesta debió gustar a la organización, que fijó su concierto para el domingo 1 de mayo, una buena fecha por la gran afluencia de gente que se desplaza al parque. «En la prueba de sonido vimos como los técnicos la paraban para reajustar todos los valores porque vieron que íbamos en serio», continua. «Pusieron microfonía, reestructuraron todo. Arrasamos, no están acostumbrados a este tipo de música», sentencia. Tocaron la banda sonora de Piratas del Caribe, pero también el Lago de los Cisnes y las Czardas de Vittorio Monti.
Las orquestas de pulso y púa se caracterizan por estar formadas únicamente por instrumentos de cuerda: bandurrias, laudes, guitarras y mandolinas. En este caso, añadieron un chelo y un contrabajo. De forma particular, la banda chivana se distingue porque la han hecho sinfónica. «Allá donde vamos por España llamamos la atención, somos una de las mejores orquestas a nivel nacional y dentro de la propia federación», asegura el director.
Tanto se ha profesionalizado la orquesta en la Hoya de Buñol que tienen sus propios profesores, gracias a la enorme tradición y apoyo institucional del consistorio que han tenido.
Los músicos y músicas salieron, acompañados por algunos familiares, el sábado por la mañana y volvieron ayer. La entrada al parque era gratuita, por lo que además de tocar pudieron disfrutar de las atracciones y de París.
