Las obras para restaurar el muro derrumbado de la Calle Moratín de Buñol continúan a fin de reparar los daños lo antes posible. Son seis las familias que han tenido que ser reubicadas de sus casas en alojamientos rurales y según explica el ayuntamiento, las obras podrían demorarse entre dos y tres meses.

El desastre se produjo el miércoles 31 de agosto e inmediatamente comenzaron los trabajos. Primero se retiraron los escombros y después empezará el sellado con el hormigón, con salida hidrófuga, y se asegurará el muro que resiste con contrafuertes y anclajes.

La alcaldesa de Buñol, Juncal Carrascosa, ha explicado que están trabajando «centrados en las familias y ahora negociando con las administraciones para conseguir más apoyo, especialmente económico».

De hecho, el coste de los trabajos será de unos 700.000 euros y por parte de la diputación se ha informado que podrían derivar del Fondo de Cooperación.

La oposición y la Asociación de Amigos y Vecinos del Barrio Antiguo de Buñol han solicitado la convocatoria de un pleno extraordinario sobre este asunto, pero Carrascosa ha asegurado que se tratará en el próximo pleno del lunes 26 de septiembre, y de convocarse uno extraordinario, será después de ese día.

Durante la próxima semana, Carrascosa mantendrá reuniones con el presidente de la diputación, Toni Gaspar, con la Conselleria de Vivienda y con la Delegación de Gobierno para buscar más líneas de financiación para costear la obra. Además, «queremos mantener una reunión en BUINSA (Buñol Industrial SA) para valorar el material adecuado que podrían aportar para la rehabilitación para contribuir en la reparación», señala la alcaldesa.