Chiva se estanca con un Plan General desfasado de hace cuatro décadas

El partido local Vinchi, socio de gobierno, tumba en el pleno un trámite para que el PGOU obtuviera un permiso de la Generalitat al alegar que no han tenido tiempo de leer la documentación

Fernando Casanova, Emilio Morales y Joaquín Furriol

Fernando Casanova, Emilio Morales y Joaquín Furriol

Amparo Soria

Amparo Soria

El Plan General de Ordenación Urbana de Chiva está maldito. Los intentos por actualizar un planteamiento urbano actual y a la medida de un municipio del siglo XXI parecen baldíos, ya que por una circunstancia o por otra, no sale adelante, y en Chiva aún se rigen por las Normas Subsidiarias de 1983. La última prueba no superada ha sido en el pleno de enero, donde el gobierno llevó a votación la solicitud a la Generalitat de la evaluación ambiental y territorial del PGOU ya redactado, un trámite necesario para seguir adelante con esta guía urbana municipal, que debe avalar Conselleria.

La concejal de Desarrollo Sostenible, Dolores Julián (EUPV), explicó que se trataba de un trámite para continuar con la siguiente fase administrativa. La solicitud de una evaluación ambiental no condiciona las siguientes decisiones a tomar del desarrollo urbano e industrial de Chiva.

 Sin embargo, el equipo de gobierno de Compromís y EUPV se encontraron con una sorpresa: los terceros socios, del partido local Vinchi, votaron en contra de este punto al considerar que no habían dispuesto del tiempo suficiente para leer la documentación. Fernando Casanova y Joaquín Furriol se unieron a la oposición de PP, el concejal no adscrito y Aduc para frenar este trámite que pretende desatascar los 40 años que el PGOU de Chiva lleva obsoleto

La concejala Julián les afeó que durante la comisión informativa no habían informado ninguno de los dos de que no disponían de tiempo para leer la documentación, pero eso no cambió el sentido del voto de los dos concejales de Vinchi.

La sorpresa fue mayúscula y la indignación en los partidos de gobierno es total: a cuatro meses de las elecciones, una de las medidas estrella de este gobierno, sacar adelante el planeamiento urbano, hace aguas, y vuelve a visibilizar la debilidad con la que este pacto político llega a agotar la legislatura. Entre EUPV y Vinchi la relación está completamente rota y solo Compromís mantiene sendos apoyos estables, pero la gobernanza en el municipio es cada vez más complicada.

Por eso, este nuevo bache tensa todavía más las relaciones políticas que se materializan en avances públicos. Según fuentes del ayuntamiento, se volverá a someter a votación este punto en el pleno de febrero y ver si este gobierno puede impulsar el primer PGOU de su historia, ahora sí, con todos los votos del gobierno municipal.

Tal como publicó este diario, el consistorio licitó la redacción de este proyecto a principios de 2022 y se buscaba la regeneración urbana, el desarrollo logístico y el industrial, este último a fin de atraer inversiones empresariales al municipio. Además, también se quería fomentar la construcción de vivienda pública, las infraestructuras, el patrimonio cultural y la protección medioambiental, y para su redacción se invirtieron 535.000 euros.

En 2003 hubo otro intento por poner orden al desarrollo urbanístico chivano pero quedó paralizado, por lo que siguieron rigiendo las normas de 1983.

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