Entramos en el segundo verano raro de nuestra historia, pero hay cosas que no cambian año tras año: planificar las vacaciones familiares. Ese eterno dilema entre escoger un plan casi imposible que contente a todos, incluidos los adolescentes a los que cualquier cosa que implique “familia” ya les parece un rollo
Entramos en el segundo verano raro de nuestra historia, pero hay cosas que no cambian año tras año: planificar las vacaciones familiares. Ese eterno dilema entre escoger un plan casi imposible que contente a todos, incluidos los adolescentes a los que cualquier cosa que implique “familia” ya les parece un rollo
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Elegimos unas vacaciones en un hotel familiar, así los más pequeños disfrutan del club infantil mientras que los adultos descansan en su tumbona y los adolescentes no sueltan su móvil. O, elegimos una casa rural con piscina, pero nos la jugamos al clima y nos toca trabajar igualmente preparando comidas, haciendo camas y evitando que los más pequeños sufran accidentes. Elegimos unas vacaciones con planes infinitos en familia, con el consiguiente cansancio planificando y cuidando todos los detalles. Y los adolescentes no paran de quejarse porque prefieren quedarse pegados al wifi.
Este año, más que ningún otro, las vacaciones son sagradas y necesitamos vivirlas desde el punto de vista más lúdico, después de tanto tiempo de desgracias; lo difícil es dar con un plan que contente a todos, pequeños y mayores, y sobre todo les divierta.
Lo hemos encontrado en Tenerife, en el nuevo Hotel Bitácora. Y nos ha quedado claro por las siguientes razones:
Está en el corazón de Los Cristianos y a solo 5 minutos andando de la playa.
Tiene 6 piscinas separadas para diferentes perfiles de cliente, una de ellas con toboganes para todas las edades, hasta los más peques con una versión mini.
¡En la azotea del edificio hay una terraza Up! sólo para adultos con comida y bebida ilimitada y una piscina con unas vistas espectaculares.
El club infantil guiado por monitores no termina al acabar el día, por la noche existe “Donde duermen los dragos”, una sala donde los niños impulsarán su creatividad con juegos mientras los padres disfrutan de una cena tranquila. También, junto a la terraza del restaurante-buffet hay un parque para que los más pequeños jueguen vigilados.
Porque, ¡al fin! tenemos un plan que además contenta a los adolescentes. El Bitácora está muy conectado con el surf, que se puede practicar en una playa cercana, y para ello colabora con una escuela de la zona. Además, el hotel tiene The Box, una sala enfocada a jóvenes de 12 a 16 años con billares, videoconsolas y DJ, donde podrán socializar con gente de su edad.
El enfoque artístico del hotel ha sido diseñado por el director de arte canario Lauro Samblás, reconocido por haber trabajado para marcas como Mango, Gucci o Desigual. Un universo de formas geométricas y colores intensos que no dejará indiferente a nadie.
