Ruta sobre un volcán activo :: Prensa Ibérica

Ruta sobre un volcán activo

El sendero al mirador del Pico Viejo nos acerca a la historia volcánica de Tenerife, donde descubriremos los dos picos de Canarias que sobrepasan los 3.000 metros de altitud

El Teide era conocido por los guanches como “Echeyde” que significa morada de Guayota. Cuenta la leyenda que la Guayota, un ser maligno de su mitología, secuestró a Magec, el dios Sol y lo llevó al interior del Teide. La oscuridad llegó a la isla y los guanches pidieron al dios supremo Achamán que les ayudase. Lo hizo liberando a Magec. Esta leyenda cuenta en términos aborígenes las fases de una erupción.

El olor azufre al comenzar el sendero hacia el mirador del Pico Viejo del Teide nos recuerda que estamos pasando por encima de un volcán activo. Este camino, llano y perfectamente asentado, se dirige del del mirador del Pico Viejo hacia la vertiente oeste del Pilón, para ir a contemplar el Cráter de Montaña Chahorra, de 800 m de diámetro y 3.104 m de altitud. Aunque es de libre acceso (sendero número 12), la forma más cómoda de disfrutarlo es en Teleférico, lo que permite salvar el gran desnivel que supone llegar a 3.000 metros de altitud.

Esta excursión ofrecida por Volcano Experience se puede reservar en su página web. Al bajar del Teleférico, y antes de iniciar la ruta de tan solo 751 metros de longitud, se recomienda a los visitantes hacer una parada para disfrutar de la belleza del paisaje mientras se aclimatan a la disminución de la presión de 0,7 atmósferas, en las que no se respira igual.

El camino es un mirador de toda la vertiente sur de la isla, donde se puede apreciar la montaña Guajara. Otra de las cosas que se pueden vislumbrar son las lenguas de lava que se deslizaron por las laderas del volcán. Al final del camino, en el mirador se podrá contemplar el cráter de Pico Viejo y Los Gemelos. Este sendero es una de las formas más accesibles y cómodas de acercarnos a la historia de la formación de Tenerife y de vivir en primera persona una experiencia de sensaciones. La mezcla de verdes y marrones, de olores sulfídicos y azufrados nos muestra uno de los capítulos de erupciones que ha vivido la isla.

El viento, nuestro compañero

Antes de los guanches, del Teide y el Pico Viejo, existió un volcán todavía más grande, del que ahora solo se pueden apreciar sus restos en forma de anfiteatro natural. Solo tenemos que dejar volar la imaginación para suponer el colosal tamaño que tuvo este volcán. Unos montes se despliegan majestuosos a lo lejos, a la izquierda. Esto nos recuerda que es buen momento para maravillarse y descansar.

Disfrutar del sendero con un guía oficial permite conocer en detalle estas cuestiones y descubrir cómo se formó el anfiteatro de Las Cañadas del Teide, cuando aún no existían ni el Pico Viejo ni el Teide.

Una vez terminados los selfies y las explicaciones de los guías, disfrutaremos de un mágico silencio donde podremos escuchar el susurro del viento. Este será nuestro compañero que nos susurrará a lo largo del camino mientras disfrutamos de un paisaje único en uno de los puntos más altos de España. En función de la época del año, acompañarán al sonido del viento, los zumbidos de abejorros, avispas y otros insectos que forman parte del paisaje.

Pero antes de iniciar la vuelta, merece la pena volver a parar y deleitarse, una vez más, en el mirador de la estación superior del Teleférico que ofrece unas sensacionales vistas del efecto de cada erupción.