Flamingueo afronta un nuevo reto. La tienda online de los productos que hacen las delicias de instagramers y amantes del lifestyle con sus flotadores con forma de flamencos, luces de neón o mantas de cola de sirena, se adentra en el territorio de lo tangible. Arranca con una primera tienda en el centro comercial Bonaire, en Aldaia, donde ofrece sus productos diseñados para inmortalizar en las redes sociales. La entidad de capital riesgo (venture capital) Angels Capital (brazo inversor de Juan Roig) y Grupo Zriser (de Pablo y Ana Serratosa), invirtieron en junio €250.000 en Flamingueo. En concreto, Angels invirtió 150.000 euros y Zriser 100.000 euros, respectivamente.

La tienda de Flamingueo es una storie store en sí misma, con múltiples estímulos para los amantes de Instagram: un espacio convertido en una habitación trendy, o diferentes puntos ideados para hacerse fotos, como los murales -obra de Taruga, otra startup apoyada por Lanzadera- o la pared de mariposas que tanto están de moda en redes. Para este nuevo concepto de tienda física, Flamingueo ha contado con la agencia creativa de retaildesign HUUUN

La inauguración se celebró el pasado sábado 23 de noviembre, coincidiendo con el inicio del Black Friday de la firma. El evento, al que acudieron más de 500 personas, contó con un concierto y un sorteo con productos de 10 marcas distintas, en el que participaron aquellos que previamente habían publicado sus stories en la pantalla de la store.

La tienda es un concepto diferente ya que solo ofrece 30 productos seleccionados, teniendo en cuenta dos factores: los más exitosos entre los casi 100.000 productos vendidos por la marca y lo trendy que son estos productos ahora mismo en España y otros países.

"Para nosotros es un gran paso. Todo empezó desde la decisión estratégica de abrir un nuevo canal de venta y acabó convirtiéndose en un proyecto apasionante. Por fin le vamos a poner cara al cliente y vamos a conocerlo en persona. Llevar una empresa nativa digital al mundo físico es toda una aventura y un nuevo reto, y no podíamos empezar en mejor lugar que en Bonaire", apunta Jacinto Fleta, responsable de Marketing y cofundador de Flamingueo.

Asimismo, Nadia Fernandes, gerente de Bonaire, ha destacado la importancia que tiene para el centro comercial "apostar por marcas emprendedoras e iniciativas tan innovadoras como ésta. Nuestro respaldo a este tipo de proyectos nos ha permitido consolidar una oferta diferenciadora". Nadia también ha explicado que "esta iniciativa, se enmarca en el objetivo de Bonaire de contribuir al desarrollo de su entorno social y económico, identificando proyectos empresariales innovadores que permitan ofrecer un servicio único a sus clientes".

La apertura de la tienda física supone un hito significativo en la trayectoria de una marca que nació al calor de las redes sociales. Su historia comenzó en abril de 2016. El valenciano Emilio Peña había descubierto en Australia la moda de los flotadores con forma de flamencos y, tras asociarse con Jacinto Fleta y Pablo Niñoles -todos estudiantes de EDEM Escuela de Empresarios-, decidieron vender este icono de Instagram en el mercado nacional.

Durante el verano de 2016 vendieron 1.000 flotadores. A medida que el calor se apagaba, los emprendedores sacaron otros productos que cubrían la demanda estacional. En invierno hicieron caja con mantas rematadas en colas de sirena. En 2017 actualizaron los flotadores y las mantas y en 2018 renovaron el catálogo mediante nuevos productos fotografiables. Hoy nutren su tienda online y su perfil en Amazon con un nuevo producto cada lunes. Para seleccionar los productos que ofrecen a sus miles de seguidoras se apoyan en una inteligencia artificial propia, que han llamado "Panorama", y que detecta tendencias a partir de un algoritmo.

Flamingueo es, por tanto, intuición comercial e inteligencia algorítmica puestas al servicio de la marca en el terreno digital y ahora, gracias a su crecimiento, también en el espacio físico. Tal es su progresión que a mediados de este año la sociedad Angels - sociedad de inversión de Juan Roig- decidió entrar en su accionariado. La inyección económica ayudó a impulsar la venta de nuevos "productos de foto destinados a la Generación Z", tal y como los definen sus propios creadores. Actualmente la marca tiene más de 60.000 clientes.

En cuanto a sus planes respecto a la venta física, los emprendedores Niñoles, Fleta y Peña pretenden seguir explorando el mercado a través de otros puntos de venta situados allá donde sus clientes lo demanden. Donde quieran atrapar a flashazos las tendencias del momento. Más claro imposible: los clientes tienen en sus manos el destino de Flamingueo.