Hidraqua, como empresa del sector del agua y el medio ambiente en la Comunitat Valenciana, trabaja cada día para garantizar que el agua que llega a todos los hogares, comercios y edificios públicos de los municipios en los que opera supera los más estrictos controles de calidad. La cloración del agua es necesaria para garantizar la calidad del recurso. “Sin embargo, la digitalización de este proceso ha supuesto un hito importantísimo para conseguir la garantía en la calidad del agua”, destaca Salvador Santamaría, gerente de Aigües de l’Horta, la empresa de economía mixta que gestiona el ciclo integral del agua en Torrent, Aldaia, Picanya, Xirivella, Alfara del Patriarca y Beniparrelll.

Salvador Santamaría, gerente de Aigües de l’Horta. ED

Santamaría entró a trabajar en el grupo empresarial de Hidraqua en el año 1991. Desde entonces, ha desempeñado varios cargos vinculados al área de operaciones y de gestión, antes de ocupar su responsabilidad actual.

“La innovación es el motor que impulsa que las organizaciones se transformen. En un sector como el nuestro, es un requisito indispensable para seguir siendo competitivos y responder de forma más eficaz y eficiente a las necesidades de la sociedad. Esta innovación es clave en un ámbito que debe afrontar en el futuro el reto del cambio climático, con fenómenos atmosféricos cada vez más extremos, con un aumento del estrés hídrico que se manifiesta en sequías más frecuentes y persistentes, y lluvias cada vez más torrenciales”. 

Además, “la innovación optimiza los costes, acelera el desarrollo tecnológico para seguir prestando un servicio de calidad y siempre está en un momento u otro vinculada al control operativo y la gestión en tiempo real”, apunta Santamaría.

Toma de muestras de agua. ED

Hoy, la compañía cuenta con medidores digitales de cloro libre en continúo instalados en diferentes puntos de la red de distribución de agua, normalmente en los depósitos y tuberías principales y monitorizan 24 horas/365 días el nivel de cloro libre en el agua, con lo que se garantiza el cumplimiento de la normativa que obliga a que el agua esté en contacto con este producto al menos 30 minutos y a que haya como mínimo 0,4 mg/l de cloro en el agua.  

“Esta solución se combina con los controles diarios de cloro libre que realiza nuestro personal con medidores portátiles digitales. Por ejemplo, en Aigües de l’Horta disponemos de medidores en continuo de cloro en los tres depósitos principales de agua”. Se trata de una tecnología que no utiliza ningún reactivo, obteniendo el nivel cloro mediante sondas inductivas. “Los datos se recogen en el centro de control y nos permiten optimizar el consumo de reactivo al ajustar la dosificación de forma automática y lo que es más importante, permite detectar con antelación cualquier incidencia en los niveles de cloro de la red mediante la programación de alertas que llegan al personal operario y nos permiten anticiparnos a cualquier anomalía o disfunción en el funcionamiento de los sistemas de desinfección y solventarlas de forma inmediata”.  

Antes de la digitalización del proceso, estas mediciones se llevaban a cabo de forma manual. El nivel de cloro en la red se media con un reactivo, la DPD (dietil-para-fenil-diamina) que tiñe el agua de rojo. La intensidad de color obtenida comparada con una paleta de colores estándar, determinaba la concentración de cloro que se controlaba una vez al día en diferentes puntos de la red para garantizar que fuese el adecuado. En función de los niveles obtenidos se reajustaba la dosificación. “Era un sistema reactivo, que no garantizaba el nivel adecuado de forma permanente frente a problemas de funcionamiento. En definitiva, la digitalización nos permite tener un mayor control y por tanto una garantía en la calidad del agua que hacemos llegar a todas las personas”, concluye Santamaría.