Facsa trabaja por un modelo sostenible y generador de recursos

La compañía invierte en los avances más punteros para convertir sus instalaciones en fuentes de energía verde

Facsa es un referente en la gestión sostenible del agua.

Facsa es un referente en la gestión sostenible del agua. / ED

El sector del agua constituye un actor determinante en la consecución de un sistema socioeconómico más sostenible. Su compromiso y acción va mucho más allá de garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos y todas (Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6); también destaca su gran aportación al objetivo climático, a la protección de los recursos naturales, a la salud poblacional o a la configuración de ciudades y entornos más sostenibles, por ejemplo, convirtiendo en biofactorías sus instalaciones.

La empresa Facsa invierte importantes recursos en la investigación y la puesta en marcha de los avances técnicos y tecnológicos más punteros para que las depuradoras de agua -que históricamente se han considerado como cajas negras- sean una fuente de energía verde y renovable que ayude a la descarbonización de la industria y el transporte, así como una fuente de biofertilizantes y agua regenerada para la agricultura. Un impulso, en definitiva, hacia una economía verde y azul.

Así, desde hace más de diez años, la compañía trabaja en un modelo de depuradora mucho más sostenible y generador de recursos, centrándose en proyectos de innovación relacionados con la bioeconomía y las biorrefinerías, una visión que trasciende al biogás y aguas reutilizadas, en las que en estos momentos se concentra el sector. 

«Acelerando el cambio», lema seleccionado por Naciones Unidas para el Día Mundial del Agua, responde así a su compromiso por acometer los cambios necesarios para alcanzar una verdadera economía circular en la que todos los recursos disponibles obtengan una segunda vida

Hacia las biorrefinerías

En este sentido, las voces expertas estiman que en los próximos diez años las tradicionales depuradoras de agua (EDAR) pasarán a llamarse biorrefinerías porque producirán combustibles, fertilizantes y agua regenerada de alta calidad para la industria o la agricultura, entre otros muchos sectores productivos. 

Este cambio de modelo responde a los movimientos sociales y empresariales en favor de la sostenibilidad, así como a la necesidad imperante de generar nuevos modelos sostenibles, que permitan obtener recursos sin desechar los ya existentes en el planeta. 

Las depuradoras se han convertido así en un punto de soporte en la transición energética que necesita el planeta. El biogás, que se viene produciendo en los últimos años en las EDAR de mayor volumen, se configura actualmente como un vector energético relevante sustitutivo de los combustibles fósiles, como el gas natural, que contribuyen al conocido como calentamiento global cuando liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera. 

Gases renovables, un aliado

El compromiso de Facsa es apostar por los gases renovables como un claro aliado para la consecución de los objetivos de emisiones, calidad del aire y economía circular, puesto que  contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y disminuyen la dependencia de combustible fósiles; mitigan las consecuencias del cambio climático; disminuyen la dependencia energética exterior; son palancas fundamentales en los objetivos de economía circular; permiten la integración de los sistemas energéticos de gas y electricidad; y posibilitan la penetración de las energías renovables en el sector industrial, doméstico y el transporte.

Por su parte, los lodos de depuración —el subproducto que queda después del proceso de depuración— también están contribuyendo a la economía circular. Ya no son considerados como meros residuos, sino que están siendo una enmienda orgánica de alto valor, que se utiliza en los campos de cultivo de España. La investigación en la que contribuye Facsa busca darle al lodo un mayor valor añadido mediante la obtención de biofertilizantes

Una ambiciosa hoja de ruta

En Facsa se han marcado una ambiciosa hoja de ruta en materia de economía circular que implica, transversalmente, a todas las áreas que representan el ciclo integral del agua, desde la fase captación hasta la de depuración. 

En todas ellas, van a seguir implementando innovadores proyectos e iniciativas que favorezcan tanto la circularidad de la compañía como la de los más de 300 municipios en los que están presentes, ya que tienen un férreo compromiso con la circularidad y la conservación de los recursos naturales que les llevan, año tras año, a trabajar con la convicción de operar con el máximo respeto al medioambiente. Para ello, buscan soluciones para minimizar cualquier impacto sobre la base de la innovación, la tecnología y la digitalización.

Dentro del concepto de la economía circular, Facsa impulsa distintos proyectos. Entre ellos, Sludge4energy, con el que gracias al desarrollo de innovadores cambios en el proceso de gestión del lodo en las depuradoras consiguieron aumentar la producción de biogás en un 30 %. 

Asimismo, cuentan con la iniciativa Pharmplas, que estudia la posibilidad de obtener bioplásticos a partir de lodos de depuradora. Una quimera, pero que no está tan lejos de ser una realidad. Este proyecto fue un punto de inflexión importante para la compañía. 

También destaca Bioedaria, con el que investigan cómo producir de forma conjunta, en base a un innovador modelo de concepto de depuradora, biogás, bioplásticos y biofertilizantes.