Efe, Monrovia / Londres

La erótica del poder ejerce una seducción irresistible, incluso entre aquellos ya acostumbrados a situarse bajo los focos de la actualidad. Dos ejemplos están ahora de actualidad: el ex futbolista del Milán George Weah y la actriz británica Glenda Jackson. El primero aspira a convertirse en presidente de su país, Liberia, el próximo martes, mientras que Jackson ha anunciado su intención de disputarle el liderazgo del Partido Laborista al mismísimo Tony Blair si este no abandona en breve la presidencia del Gobierno británico.

Weah se perfila como uno de los máximos favoritos de los 22 aspirantes a la jefatura del Estado de Liberia, un país arruniado tras catorce años de guerra civil. A los 39 años de edad y tras una brillante carrera deportiva, el ex futbolista busca ahora triunfar en la política.

Sin la menor experiencia en este ámbito, el novato aspira al sillón presidencial gracias a su enorme popularidad entre los jóvenes de Liberia, un país fundado en 1847 a iniciativa de Estados Unidos para dar una patria a los esclavos negros.

Su popularidad le parece a Weah también suficiente para enfrentarse a las difíciles tareas que se perfilan para un país, de un tamaño parecido al de Portugal, que carece de todo. «Mi popularidad y el cariño que tengo para el pueblo serán mis principales triunfos para superar los retos», afirma Weah, que se define como un elemento catalizador de todo el potencial humano que tiene Liberia para realizar los cambios necesarios.

Objetivo: desbancar a Blair

En Gran Bretaña, la famosa y premiada actriz británica metida en política Glenda Jackson dijo ayer estar dispuesta a presentar su candidatura para intentar arrebatarle al primer ministro, Tony Blair, el liderazgo del Partido Laborista.

Jackson, diputada laborista desde 1992 por el distrito londinense de Hampstead y Highgate y ex ministra de Transportes, señaló que podría presentarse frente a Blair si éste tratase de seguir en el poder por un período superior a un año.

La actriz, que se opuso desde el principio a la guerra de Iraq, dijo que si un grupo de diputados la propusiesen, aceptaría el desafío con tal de lanzar una lucha por el liderazgo del partido.